“La Fuente de las Nereidas, de Lola Mora, tiene desnudos que no son desnudos; son obras bellas”

Así nos relata su admiración por Dolores “Lola” Mora de la Vega el pintor tucumano H. Aníbal Fernández

“La Fuente de las Nereidas, de Lola Mora, tiene desnudos que no son desnudos; son obras bellas”

En entrevista con Primer Plano (Canal 10, Tucumán), el pintor H. Aníbal Fernández nos habla respecto a su obra y como la escultora tucumana Lola Mora influyó en ella. El espíritu de la enorme artista atraviesa el arte y trasciende las generaciones: no solo su increíble talento si no su rebeldía; la transgresión en su obra y en su vida que la llevaron a ser, hoy, un icono de empoderamiento, fortaleza, perseverancia y calidad técnica sin igual.

Tumba de Lola Mora en el Cementerio del Oeste, Tucumán
Tumba de Lola Mora en el Cementerio del Oeste, Tucumán Foto: Sol Alvarez Natale

Nos adentramos en la mirada del pintor, autor de importantes murales esparcidos por todo Tucumán (Cementerio del Oeste, Túnel calle Córdoba, Federación Económica, por nombrar algunos) y pinturas que cruzaron las fronteras tucumanas, con exposiciones en salas porteñas. en el marco de la semana de los festejos del nacimiento de Lola Mora, Fredesvinda Denis, (Magister Política y Gobierno - Diseñadora de Interiores- Logística Organizativa - Pte. Fundación Contemporánea- Dir. Gral. Centro Cultural Aconquija) nos dice: “Hace 157 año que nació, entonces Tucumán hace un festejo homenaje en algunos museos de la provincia y Aníbal (Fernández), dentro del trabajo que él viene haciendo, (el viernes fue el día del del escultor y del artista plástico en conmemoración del nacimiento de Lola Mora) y dentro de su trayectoria pintó algunos murales como el mural que tiene a Lola Mora en el Cementerio del Oeste”. A continuación, los fragmentos más importantes de la entrevista:

--Qué lo lleva a pintar a Lola Mora?

--Sí, el encuentro con Lola Mora, digamos, fue como como pasa en la en la vida de nosotros por los pintores, los obreros del pincel, es que jugamos mucho con percepciones y, medio azarosas... Yo no me fijo: voy a pintar esto voy a hacer aquello... no, no puedo no va, es algo muy espontáneo muy un encuentro. Por supuesto que a todo ese encuentro ayuda la trayectoria, el oficio, los recursos que uno tenga para poder lograr eso. Con Lola Mora me fue pasando esto. Yo hacia los años 90 he hecho algunos retratos de Alberdi a partir de las referencias que había, lo que se conseguía. Y después en una época he hecho retratos que me encargaron, otros los hacía por gusto, de Alberdi y la apasionante vida e historia de Alberdi. Y después en un momento dado por hacer otras actividades que tenían que ver con el diseño publicidad y me iba siempre a la plaza donde está el monumento Alberdi de Lola Mora y para los tiempos libres, en los “huecos”, me sentaba a mirar la escultura. A mirarla horas y horas y miraba el cuerpo de la mujer esa que sostiene el libro, el chiquito, Alberdi, y veía el conjunto por mirarlo que eso es el arte el arte: cuando uno aprecia arte, mirar por mirarlo, no es mirarlo con una intención... Y me pasaba los momentos lindos mirándola y después dibujando o bocetando, digo; algún día me gustaría hacer algo sobre los Lola Mora, pero son esos sueños que uno deja. Y a tal punto que llegó el momento que tuve que hacer un mural en homenaje a Alberdi, hacia el 2010 para la legislatura (en la legislatura antigua está) y me lo encargaron y en el qué me inspiré en el rostro de Lola Mora, que ella hace sobre Alberdi, que es muy potente, muy fuerte. De ahí me di el gusto de haberme conectado con la obra de Lola Mora que después me fui metiendo más y la importancia de una luchadora en esa época, mujer, es increíble lo que hizo. No, no, se puede explicar hacer semejante obra artística y con muchas cosas en contra en una época difícil, en una época compleja. Entonces ya empieza la admiración por el autor, primero uno se conecta con la obra y después empieza a ver el autor, la importancia que tiene y con el tiempo surge la idea de que iban a traer los restos de Monteagudo a Tucumán que estaban en Buenos Aires. Eso fue hacia el 2016. Y yo ya tenía estudios hechos sobre Monteagudo porque se había hablado... así surgen a veces las obras murales; algo se habla y queda en el tintero. Mientras tanto uno hace estudios, dibujos, libremente. Cuando ya se fue definiendo tenía los bocetos y el lugar donde hacerlo. Se aprovechó el hall, acá está la imagen del hall del Cementerio del Oeste, para hacerlo. Entonces yo me aboqué, con todos los estudios que tenía, a adaptarlo a este lugar. Pero por supuesto como estaban también los restos de Lola Mora, y de varias personalidades de Tucumán, digo: vamos a incluir no solo a Monteagudo, que para mí es brillante las cosas que ha escrito, lo que ha dicho; fue el visionario número uno que acompañó a San Martín, a Belgrano a Bolívar... No, la vida de Monteagudo es fuera de serie y me fue surgiendo la idea de Lola Mora como otra personalidad emblemática y mujer, acompañando a la personalidad de Monteagudo, nada más que ella desde el arte. Y ahí me fui conectando ya más con el rostro. Yo había visto fotos y cosas de ella, pero ya me fui conectando con el rostro y ponerle la impronta de uno, porque las fotos ayudan, pero después uno le trata de poner los recursos plásticos que tiene para que exprese algo el rostro. Por supuesto aparece la imagen del caballo porque ella tiene en las Nereidas unos caballos hermosos, en la fuente de las Nereidas. O sea, cómo trabajaba los cuerpos, la figura con una plasticidad, una fuerza, una calidez plástica. Porque podría hacerse lo mismo y no sentir nada, ahí se siente la mano del escultor, se siente la vida que ha puesto. Entonces basta sentarse a mirar y nada más dejarse llevar por la obra y dejarse llevar por las líneas de la escultura.

--Tiene la Fuente las Nereidas, tiene el monumento de Alberdi, tiene monumento de la Libertad, tiene el monumento de la Bandera... La pregunta es: de esas cuatro que yo le digo: Nereidas, Alberdi, Libertad y monumento a la Bandera, si usted tuviera que decir, ¿cuál sería la más insolente de todas las obras?

--Bueno a ver, todo creador, en la obra, para que sea creadora, hay un grado de transgresión a lo que se hacía hasta el momento, no transgresión contra las cosas, ni contra la gente o como quieren algunos contra la vida, no, es una transgresión hasta lo que se hacía en ese momento culturalmente. Entonces Lola Mora en todas hace una transgresión creativa, en todas, nada más que según el tema o según el lugar la transgresión es más grande o no pero su oficio, porque ella usaba la técnica neoclásica, su oficio, técnica y capacidad hacían que en cada uno sea expresiva entonces esa expresión está acorde a cada lugar o sea yo no sé si hay una en especial, pero yo creo que todas tienen, por ejemplo, la fuente de las Nereidas. Yo me deleito siempre cuando veo las láminas o cuando me he acercado a verlas, la plasticidad que tienen los cuerpos desnudos, pero que no son desnudos; son obras bellas.

Mural a Lola Mora en el Cementerio del Oeste, del pintor Aníbal Fernández
Mural a Lola Mora en el Cementerio del Oeste, del pintor Aníbal Fernández Foto: Sol Alvarez Natale