El Bullying o acoso escolar, es una de las problemáticas más recurrentes entre niños y adolescentes. Los casos son recurrentes y la difusión a través de las redes sociales de las graves consecuencias que puede generar de no ser tratado, llama a la necesidad de tocar estos temas y brindarle difusión.
En ese marco, el Licenciado Luciano Castillo, Psicólogo Educacional, brindó una entrevista en Radio 21 Tucumán, en la que desarrolló el tema y comentó alguno de los factores generales a tener en cuenta para poder detectar un posible caso y como se debe de actuar ante ello.
“Bullyng es cuando un alumno o un grupo de alumnos, ejercen violencia física o psicológica sobre otro alumno”, comenzó diciendo el profesional.
Si bien, cada caso es particular, en general, Castillo destacó que a la hora de identificar este tipo de casos, es importante” es lo que los más chicos expresan a sus maestros, señales en su conducta, si es que hay algún tipo de maltrato o situaciones por ejemplo, donde no quieran salir del aula. No hay pautas o indicadores específicos más que lo que cuentan los propios alumnos, que sufren bromas de mal gusto, y que llegan a afectar al niño. Esto se incrementa sobre todo en el nivel secundario, por el momento que atraviesa los chicos a esa edad”.
“Es una problemática compleja, no es tan simple, la sociedad necesita poder intervenir de una manera conjunta, hay marcos normativos que se pueden establecer, en 2013 se implementó una ley para trabajar en la problemática del bullying. La problemática debe ser trabajada desde un ámbito interdisciplinario, que haya miradas y aportes de todos. Siempre se señala a la escuela y la escuela señala a los padres, se estigmatiza mucho, las responsabilidades se las pasan entre ellos, y la idea es que se trabaje de muy cerca, porque afecta demasiado a los chicos. No sólo el que recibe bullying merece ser ayudado, el que lo ejerce también tiene derecho no solo a la educación sino también un ambiente donde se puedan tratar sus problemáticas, ese cambio de paradigma es lo que le está faltando a la sociedad”.
A la hora de hablar de porque los chicos no charlan con sus padres sobre este tema, dijo: “Lo que pasa es que los chicos ahora hablan más y conversan sobre lo que les pasa, pero si hacemos un vistazo, los padres no tienen el tiempo para sentarse a conversar con los chicos, porque por ahí trabajan doble turno, las obligaciones, a veces es necesario tomarse un tiempo para escucharlos, es fundamental eso, que su opinión sea tenida en cuenta, muchas veces sienten que no les van a creer o que le van a restar importancia, son muchas cosas que afectan al chico”.
“Es un tema complejo, los chicos cargan con el peso de no saber que hacer, quedan aislados, quedan solos, la institución tiene que trabajar mucho, hay debates en las escuelas, talleres que se hacen pero no hay un trabajo concreto desde adentro. La persona que realiza el acoso generalmente tiene ciertos indicadores que se ven mucho, los malos tratos a los compañeros, las bromas pesadas, las terminan haciendo para intentar pertenecer al grupo. También puede sufrir violencia en la casa, pero no hay un ejemplo específico de porque hacen lo que hacen”, concluyó el licenciado.