Juana Molina es uno de esos nombres que marcan época. Protagonista de programas icónicos como Juana y sus hermanas en los años 90, la actriz y cantante suma un nuevo desafío a su trayectoria: encarnar a “Piquito” en En el barro, el spin-off femenino de El Marginal que llega el 14 de agosto a Netflix.
Nacida el 1° de octubre de 1962 en Buenos Aires, es hija de la exmodelo y actriz Chunchuna Villafañe y del cantante de tangos Horacio Molina. Criada en un ambiente artístico, aprendió guitarra a los cinco años y pasó parte de su adolescencia en París, donde se nutrió de música internacional.
De la TV al mundo de la música
Su humor disruptivo se hizo notar en La noticia rebelde y en el programa de Antonio Gasalla. Luego, Juana y sus hermanas la catapultó a la fama con personajes como Gladys la cosmiatra, Roxana Peyrou y Estefi Grasa, que aún hoy son recordados.

En 1993, con el nacimiento de su hija Francisca, Juana decidió dejar la televisión para dedicarse a su verdadera pasión: la música. Editó ocho discos de estudio, entre ellos Rara (producido por Gustavo Santaolalla), Tres cosas (incluido en el top ten de The New York Times en 2004) y Halo (2017). Su estilo experimental la convirtió en una figura de culto internacional.
“Piquito”, su personaje en En el barro
En la ficción, Juana interpreta a “Piquito”, una interna que se crió en la calle, fue transa y adicta, y vive de meterse en los asuntos de los demás. No es agresiva, pero su presencia inquieta. “Es la loquita del penal… aunque no lo parezca, todas sus mentiras guardan un lugar de verdad”, adelantan desde la producción.

Piquito conoce secretos de La Quebrada y se mueve por todos lados, haciendo mandados a cambio de quedarse con algo. Entre leyendas sobre su pasado y delirios que podrían no serlo tanto, se convierte en un personaje clave para entender las dinámicas del penal.

Con este papel, Juana Molina vuelve a la actuación después de tres décadas, sumando un nuevo capítulo a una carrera que combina talento, irreverencia y autenticidad.