El fenómeno que provocó caída de árboles, voladura de techos y dejó a su paso redes eléctricas por el piso, tuvo ráfagas que oscilaron entre los 50 y 85 kilómetros por hora.
El lugar donde tuvo un comportamiento extremo fue en el distrito donde se encuentra el embalse El Nihuil.
Allí alcanzó una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora.