La jueza Penal 3 de San Luis, Virginia Palacios ordenó que se investigue y se forme un expediente aparte debido a "la posible comisión de delitos de acción pública por parte de quienes comparecieron a este proceso en calidad de testigos".
El hecho al que la jueza hace referencia es que en el expediente en el que se procesó al subcomisario José Alberto Bravo por abusar sexualmente de una policía que tenía a su cargo, sus compañeros policías podrían haber dado falso testimonio o cambiar su declaración para dejar en mejor situación al jefe acusado.
Palacios criticó a compañeras de la víctima, que también trabajan en la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (Ediro). El subjefe de ellas también era Bravo.
una de las compañeras al principio manifestó y adhirió con la denunciante. Dijo que ella le había contado que el 6 de setiembre de 2016, cuando quedaron solos en el destacamento, Bravo la lanzó contra un armario, la besó en la cara y en la boca y le manoseó los pechos, informó El Diario de la República.
Pero luego, la mujer cambió su declaración, la jueza aseguró que "pretende claramente alivianar la situación del imputado deslizando que los dichos de la denunciante tendrían un motivo de índole laboral". Pero manifestó que, más allá de su apreciación, la camarada escuchó el relato de la víctima de primera mano.
Sin embargo la magistrado entiende que la testigo era una subordinada de Bravo, el supuesto abusador, y consideró de todas maneras "desdeñable que como mujer pretenda restarle valor y crédito a la denuncia en cuanto a la motivación", para luego señalar: "En tiempos actuales en que se enarbolan a ultranza los derechos impostergables de la mujer, no resulta menos cierto que ello no debe limitarse a un mero discurso, sino que cada cual debe accionar con valentía, ya sea por sí o por otra persona". Eso, coraje, es lo que a la compañera de la denunciante le faltó "para hacer prevalecer sus derechos derivados de su género aun frente a cuestiones de jerarquía, cerró.