El 15 de enero de 1944, a las 20.52 horas de la tarde, la provincia de San Juan vivió la peor catástrofe natural de su historia. Un terremoto de 7,8 grados de magnitud (otros calificaron la intensidad como grado IX en la escala Mercalli) destruyó el 80% de la ciudad, provocando la muerte de 5 mil personas y dejando como saldo miles de niños huérfanos. El epicentro del movimiento telúrico fue a 20 kilómetros al Norte de Capital, en las proximidades de La Laja, Albardón.
Se trató del sismo más destructivo de Argentina. Más de 30 mil personas quedaron afectadas por el fenómeno, hubo derrumbes de viviendas, edificios y hasta la Iglesia Catedral sufrió daños irreparables que obligaron a voltearla. En la Iglesia de Concepción, según publicó Diario de Cuyo, se celebraba un casamiento a la misma hora del terremoto: la construcción se desmoronó y murieron todos.
Además se autorizó liberar a los 500 presos que estaban alojados en la cárcel de Marquesado. El edificio quedó devastado y se les permitió a los apresados salir de las celdas para auxiliar a sus familiares, con la promesa de volver al lugar.
Tras la catástrofe llegó la ayuda vecina. El rol que cumplió la provincia de Mendoza fue fundamental porque ayudó con atención sanitaria y permitió que mendocinos se presentaran voluntariamente a donar sangre para los heridos. También se realizó un festival solidario para recaudar fondos en el Luna Park y se creó un organismo que encaró un plan regulador para la construcción antisísmica, ya que el 98% de las construcciones de la época eran de adobe.