Un militar de 25 años caminaba por una calle del barrio salteño Norte Grande cuando recibió disparos desde un patrullero policial, sin un motivo aparente. Una bala de goma impactó en su ojo izquierdo y, tras varias horas de espera para ser atendido en un hospital público, lo perdió.
El joven identificado como Néstor Ávalos es un agente del Ejército Argentino con servicio en Chubut pero desde hace un tiempo se había mudado junto a su familia a Salta para ayudar con la crianza de sus sobrinos tras la muerte de su hermana.
Su esposa, Magalí, le contó a El Tribuno que Néstor salió el miércoles por la noche de su casa a comprar medicamentos para su papá cuando, según el relató de él y de vecinos, fue interceptado por un móvil policial que le disparó. "Los policías no se detuvieron, lo vieron caer y quedar tendido, los vecinos lo ayudaron", relató la mujer.
Magalí también dijo que su marido esperó 12 horas para ser atendido. Según su testimonio primero fue al Hospital Papa Francisco, donde se negaron a atenderlo, y terminó en el Hospital San Bernado, donde no había guardia oftalmológica. El ataque fue el miércoles a las 23 y a Néstor lo operaron recién a las 11 de la mañana del jueves. Le retiraron el globo ocular estallado por el ingresó del proyectil.
"Tenemos dos hijos, nos arruinaron como familia. Sin su ojo es difícil que le permitan continuar con la carrera", concluyó apenada Magalí.