Desde el 1 de julio, el municipio salteño de San Carlos tiene su propio bono. Se llama Sancarleño y se entregan a personas que necesitan una ayuda del Estado municipal.
Los beneficiarios pueden utilizarlos para hacer compras en los almacenes del pueblo. Luego, los comerciantes deben cambiarlos por dinero en efectivo. En este sentido, el intendente de San Carlos, Héctor Vargas, aseguró que el intercambio de bonos por efectivo está garantizado para los propietarios de los comercios que los reciban.
"La idea es poder ayudar a la gente que necesita mercadería o materiales, más en esta situación de crisis que ha generado la pandemia", explicó el jefe comunal.
El objetivo del Bono Sancarleño es conservar el circulante de dinero en el pueblo, cuidar al comerciante local, y proteger a los habitantes de San Carlos del coronavirus. "Con los bonos nos aseguramos un consumo local seguro y que los pesos queden en el pueblo", enfatizó Vargas.