Lucas Ruiz es un joven de 24 años que vive en la ciudad salteña de General Güemes, en apariencia como cualquier otro chico de su edad, que fue a la escuela, disfruta de juntarse con amigos, o se salir a bailar, como puede esperarse de cualquier joven de su edad. Sin embargo, hay algo que distingue a Lucas del resto de los argentinos: para el Estado Lucas no existe, es un NN.
La de Lucas es una historia que nace en el seno de una familia trabajadora, que por distintas razones jamás pudo anotarlo en el registro civil. Durante su infancia sus padres realizaron alguna tentativa para que el niño obtenga su DNI, pero estas no prosperaron.
A pesar de carecer de un documento que acreditara su identidad, Lucas pudo acceder a una educación. Educación que fue adquiriendo en distintas escuelas rurales gracias a la buena voluntad de las maestras, que aceptaron brindarle una educación. Lo mismo sucedió con el secundario, el cual transcurrió sin sobresaltos y que terminó a los 17 años. Sin embargo, Lucas jamás tuvo una libreta, ni puede acreditar de manera alguna la educación recibida.
Pero los verdaderos inconvenientes comenzaron luego del secundario, sin documento Lucas no pudo acceder a una educación terciaria. Los trabajaos a los que pudo acceder fueron, por supuesto, siempre en negro, sin aportes ni acceso al sistema de salud.
La salud es una de las mayores preocupaciones de Lucas, ya que sin DNI le resulta muy difícil tener acceso al sistema. En los hospitales no le dan turnos, y los médicos no lo reciben por no poder acreditar su identidad.
Además de la salud, Lucas no puede abrir una cuenta bancaria, conseguir un trabajo formal, realizar aportes que le permitan jubilarse algún día, acceder a una educación superior, entre una infinidad de barreras que debe enfrentar en su vida cotidiana. "No podés dar un paso adelante porque todo se complica mucho. Vivís atemorizado, siempre con la misma preocupación" manifestó el joven a Vía Salta.
Al alcanzar la mayoría de edad, el joven güemense decidió hacerse cargo de la situación, y comenzó entonces la lucha para obtener su identidad. Lucha que comenzó en el Registro Civil, donde fue informado de, que por haber transcurrido tanto tiempo, debería proseguir a través de la vía judicial. Así fue que, en el año 2014, Lucas contrató un abogado para que iniciara los trámites, pero los tiempos de la burocracia le jugaron en contra, y su familia no pudo continuar costeando los honorarios del jurista.
Ante este panorama, Lucas recurrió a un defensor oficial. Sin embargo, cinco años pasaron, y el joven se encuentra perdido en un laberinto burocrático del que no parece haber salida, y donde siempre recibe las mismas respuestas "Tu trámite está demorado", "Se necesita la firma del juez", "Volvé la semana que viene". Y eso es lo que hace, vuelve a los Tribunales de Justicia a la siguiente semana, y a la otra, y la otra, pero siempre se choca con la misma pared.
Es sumergido en la impotencia y la desesperación que Lucas decidió hacer público su problema, esperando de esta manera, lograr destrabar esta situación.
El único deseo de Lucas es tener una identidad, poder trabajar, estudiar, votar, en definitiva: existir.
El número de contacto de Lucas es 3875 133 129, para cualquier persona que desee ayudarlo a superar esta situación.
