El presidente de la Unión Industrial del Chaco (UICH), Andrés Irigoyen, realizó para Radio Facundo Quiroga un oscuro relato de la coyuntura económica en el país: destrucción del empleo, crisis de las economías regionales y presión fiscal en la provincia. En esta oportunidad aparece reclamando frente a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP): "No puedo dejar de ser realista, hemos hecho muchos planteos a la AFIP pero las cosas no se hacen."
Continúa explicando: "Se necesita bajar el costo de las empresas, sino es como apagar un incendio con un vaso de agua. Mientras sigamos apostando a la timba financiera y no a la productividad, ni a la generación de mano de obra, no saldremos de esta recesión. Entendemos que estas medidas si bien son necesarias, son también insuficientes y terminan en problemas para las empresas y para todos los contribuyentes en general".
Sigue detallando la caída de la productividad y del empleo:"Estamos en un contexto muy adverso donde no hay financiamiento, con caídas en el mercado interno e índices de subocupación del 65% (de cada 10 máquinas que deberían estar funcionando solo se usan 3), estamos con índices inferiores del 2002, los últimos números de relevación de empleo, que es del Instituto Nacional de Estadístcas y Censos (INDEC), muestra nuevamente una caída dentro del empleo industrial de casi 3 mil puestos de trabajo, y si tomamos periodos interanuales, hay una caída de más de 142 mil puestos de los cuales más de 62 mil son del sector industrial. Necesitamos un cambio de modelo".
"Que los directivos y las autoridades del fondo monetario hayan salido ayer y antes de ayer a decir que lo peor ya paso, me da bronca, porque la situación que estamos pasando las empresas y en general de los empresarios argentinos es difícil, y lo venimos escuchando como tantas mentiras que se vienen dando desde el gobierno nacional, como la generación de confianza que trae lluvia de inversiones, la reactivación del segundo semestre, o sea, es insostenible, y termina cuando uno ve que no puede pagar las boletas de servicio o hacer frente al pago de energía, ni a sus empleados. Y a ellos tampoco le alcanza el dinero, porque yo escucho decir a nuestros funcionarios que a la gente le cuesta llegar a fin de mes, pero la realidad es que la gente no llega a fin de mes, y el resultado es que ya nadie confía en estas políticas".