La agrupación “Bomba de Lana” había realizado una nueva intervención artística en Rafaela. En esta oportunidad, fue en uno de los canteros del centro: las llenaron de 1200 rosas rojas tejidas al crochet. Pero fueron pocos los rafaelinos que alcanzaron a disfrutarla: para la tarde, ya se las habían llevado a todas.
María Angélica Amongero, integrante de “Bomba de Lana”, comentó a FM Galena que “Este año cumplimos 10 años. Comenzamos con una idea, de una integrante. Somos un colectivo de tejido que hacemos intervenciones urbanas. Siempre con un mensaje: hablamos del cáncer, del medioambiente, del uso de la bicicleta, etc. Este año, queríamos florecer, aún en invierno. En particular, por los momentos en que está atravesando el país y pensándolo como una manera de que la gente tenga otra mirada y con una sonrisa. Nunca habíamos estado en el centro de la ciudad y elegimos uno de los canteros, el de Av. Santa Fe al 400. Logramos tejer 1200 flores de lana y las colocamos el sábado por la mañana”.
“Hasta nosotras quedamos asombradas de lo que habíamos hecho. Pero cometimos un error: nunca, en ninguna intervención, habíamos puesto un cartel indicando que era. Esta vez tampoco porque no creíamos que tuviéramos que explicar, sino que la gente pase y vea. Pero algunos lo tomaron como un souvenir. Para las 4 de la tarde no había más flores”, indicó.
“Mucha gente nos escribía por Instagram, que nos avisaban desde los negocios que la gente pasaba y se las llevaba a su casa. Otros, en cambio, las vendían después”, destacó.
“A través de las redes sociales, comenzamos una convocatoria para devolverlas. Pero la gente las llevaba, las plantaba y venían otros y las volvían a llevar”, contó.
“Entonces, vamos a volver a florecer. Como tanta gente nos está escribiendo y quiere tejer flores, a fin de mes lo vamos a volver a hacer. Pero esta vez, con toda la gente que tenga ganas de tejer una flor y de ir a plantarla”, indicó. Todos los que quieran participar, pueden escribir al IG de Bomba de Lana. Ellos le pasarán las instrucciones para poder tejerlas.
“La idea es que esta vez queden plantadas. Vamos a poner un cartelito. Y en lugar de un espanta-pájaros, vamos a poner un espanta-humanos, para que no se las lleven”, cerró, a modo de broma.