Rafaela se distingue por muchas cosas: sus industrias, su autódromo, sus emprendedores, su entramado institucional, su empuje.... y también su “dialecto”. Y es que hay “rafaelismos” que muchos no entienden.
Todo surgió a partir de una nota de serargentino.com, que fue compartido por Daniel Kurganoff, un rafaelino que en la actualidad ya no recide aquí. Pero, su forma de hablar, tan propia de estos lares, le trajo algunos problemas de comprensión.
En todos los lugares hay frases o palabras propias del lugar. En nuestro caso: “canopla” por “cartuchera” o “carasucias” por lo que en otros casos son “tortitas negras”. “Enllavaste” para decir que se cerró con llave o convertir en verbo el hecho de cerrar con un candado: “cadenar”. “Ir en casa” para regresar al hogar. Más santafesino es decir “masitas” por lo que en otros lados se conocen como “galletitas”.
Y es que el “más poco” o “más mucho” nos identifica y nos separa. Pocos lo comprenderán y hasta les llevará bastante tiempo comprenderlo. Ni pensar de querer hablarlo y no fallar en el intento.
La clave es, sin dudas, el “más”, que en este caso, le da una categoría irónica al cuantificador siguiente. “Más” + “poco” = mucho. Y “Más” + “mucho” = poco.
Ejemplos de esto no faltan: incluso, hay nombres de empresas reconocidas en la ciudad, como “Más poco vendo” o “Más chica la milanesa”.
Es cierto que el orgullo rafaelino hace que digamos que es nuestro. Pero también hay que reconocer que está expandido por una amplia región, llegando incluso al este cordobés.
Prúebelo en su casa. Y busque a algún rafaelino para intentar conversar con él o con ella. Más poco se va a divertir.