Daniel Eduardo Araujo, de 68 años, fue condenado por amenazar a una mujer que es su expareja en Rafaela. La pena también se le impuso por haber ingresado por la fuerza a la vivienda de la víctima y por la tenencia ilegítima de un arma de fuego.
La sentencia fue resuelta por la jueza Cristina Fortunato, en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos que se realizó en los tribunales rafaelinos.
La fiscal Gabriela Lema, integrante de la Sección Violencia de Género, Familiar y Sexual (GEFAS) de la Fiscalía Regional 5, estuvo a cargo de la investigación. En tal sentido, expuso que “Araujo fue condenado a dos años de prisión condicional, recibió una inhabilitación especial por cuatro años y se le ordenó pagar una multa”. Según agregó, “deberá cumplir reglas de conducta, entre las que está la prohibición de contacto con el grupo familiar de su expareja”.
Violencia de género
Lema señaló que “el domingo 28 de abril de este año alrededor de las 18:00, el condenado se dirigió en auto hasta el domicilio de su expareja, ubicado en Magdalena de Lorenzi al 1.200″. Remarcó que “sin autorización de la víctima, abrió el portón de la vivienda y fue hasta el living, con la intención de acceder también a otras partes del inmueble”, y añadió que “entró gritando e insultando a la mujer”.
La fiscal relató que “Araujo no pudo ingresar a los otros espacios de la casa porque su expareja se lo impidió sosteniendo la puerta desde adentro”, y subrayó que “en ese momento, él le aseguró de manera intimidante que si no lo dejaba pasar era capaz de ‘hacer cualquier cosa’”.
La funcionaria del MPA planteó que “durante la situación violenta, una hija de la víctima que estaba en el interior de la vivienda convocó a la policía”, y agregó que “en presencia de testigos, los uniformados requisaron el automóvil en el que había llegado el condenado”. Al respecto, detalló que “hallaron un bolso que contenía una pistola calibre 9 milímetros descargada”, y precisó que “Araujo no poseía autorización legal para tener o portar armas de fuego”.
En tanto, Lema afirmó que “los hechos ilícitos fueron cometidos en un claro contexto de violencia de género, ya que durante años el condenado sometió a su expareja de forma psicológica, física y económica”.
Abreviado
Araujo reconoció su responsabilidad penal por la autoría de los delitos de amenazas, violación de domicilio y tenencia ilegítima de arma de fuego de guerra.
El condenado y su abogado defensor aceptaron la decisión de abreviar los procedimientos del juicio. A su vez, manifestaron su acuerdo con la calificación penal propuesta por la Fiscalía y la pena impuesta.
Por su parte, la víctima expresó su conformidad con lo resuelto.