El titular de Cáritas en Posadas, padre Alberto Barros, despidió con una emocionante a Cristina Vázquez la mujer que murió este jueves y que había sido absuelta por la Corte Suprema de Justicia luego de pasar 11 años por una condena injusta.
El cura la conoció cuando Cristina estaba presa y la acompañó espiritualmente hasta que salió en libertad y se sumó a las tareas de Cáritas. El mensaje del padre Barros fue divulgado en Facebook por el religioso.
Una vez libre, Cristina comenzó a trabajar junto al equipo de Cáritas Diocesana en diversas tareas sociales y religiosas que llevaban adelante el sacerdote en barrios de Posadas.
"Sé que estás en medio nuestro y estarás siempre porque a mucha gente le dejaste la marca de tu confianza y la riqueza de tu corazón valioso y generoso", señaló el párroco en el texto.
Mencionó que la conoció en el edificio de la antigua alcaidía de mujeres y la visitó luego en el penal de mujeres (UP5). "Solo Dios sabe todas las heridas que fueron marcando tu vida y que hoy las sanó eternamente", dice Barros en la carta donde despide a su amiga Cristina Vázquez.
"Me permitiste ser testigo de tus angustias y esperanzas, de tus ilusiones y frustraciones, de tus risas y llantos. En mi parroquia todos te conocen y te aprecian. ¿Te acordás cuando los trabajos manuales que hacías en el penal los vendíamos al final de las misas para ayudar a tu familia a comprar lo que necesitabas?", indicó el religioso.
También indicó que fue una "feliz sorpresa" cuando la Corte Suprema de la Nación "exigió tu inmediata liberación y la de Cecilia en diciembre pasado, amonestando a la Justicia provincial por haberlas condenado injustamente, fue un golpe muy duro el que les dieron acá. Pero hubo mucha gente que las ayudó a recuperar la libertad", detalla el texto.
Barros agregó que fue el gobernador Oscar ar Herrera Ahuad quien proporcionó un trabajo a Vázquez, para que continuara trabajando en Cáritas. "¿Te acordás cuando lo fuimos a visitar a la casa de gobierno para agradecerle? Siempre guardaste la foto de ese momento. Así empezaste a trabajar con nosotros. Durante estos siete meses fuimos descubriendo cada vez más tu capacidad de solidaridad y generosidad con los más pobres y sufrientes. Vos también sufrías, no te resultó nada fácil recomenzar la vida y remontarla desde muy abajo".
"Cuando ayer no viniste a Cáritas me preocupé, porque si faltabas siempre avisabas. Hablé con Cecilia, esa gran amiga en quien tanto confiás. No te había visto. Nos comunicamos varias veces. Cuando no viniste hoy, la preocupación se agigantó. Seguimos hablando con Cecilia y coincidimos en que había que abrir la puerta de donde alquilabas. El resto no hay necesidad de contar", detalla el escrito.