Patricia Bullrich le ofreció al extitular del Banco Nación Carlos Melconian el cargo de ministro de Economía en caso de que Juntos por el Cambio gane la elección. El anuncio se formalizaría este jueves durante una visita de la candidata presidencial a la provincia de Córdoba, donde tiene su sede la Fundación Mediterránea, que encabeza el economista.
Bullrich y Melconian se reunieron este lunes a solas en la casa de la candidata y el economista aceptó integrar el gabinete de Juntos por el Cambio en un eventual Gobierno y también sumarse activamente a la campaña electoral, en la que la postulante presidencial busca reforzar el costado económico para atacar el principal activo del libertario Javier Milei.
La foto conjunta se concretaría el jueves en Córdoba, donde Bullrich tiene previsto viajar para recorrer la capital provincial y hablar mano a mano con vecinos. Antes, la exministra pasará este martes por Rosario, Santa Fe, donde anticipan que anunciará propuestas importantes en materia de seguridad y combate al narcotráfico.
Melconian faltó al encuentro del último viernes con el equipo económico por estar de viaje en Estados Unidos y estaba previsto que Bullrich lo recibiera durante esta semana, pero la reunión se adelantó para este lunes, apenas el economista aterrizó en Buenos Aires. Allí se habría acordado hacer el anuncio el jueves en Córdoba, provincia donde Milei fue el más votado.
Para el Ministerio de Economía, Bullrich se debatía entre Melconian y el diputado nacional Luciano Laspina, quien coordina los equipos técnicos y ahora podría ser el elegido para presidir el Banco Central (BCRA), siempre y cuando Juntos por el Cambio asuma el gobierno.
Hasta el momento, Bullrich se había resistido, ante reiteradas consultas de la prensa, a revelar quiénes serían sus funcionarios, pero el resultado de las PASO la obligó a recalcular su estrategia y buscar nombres propios para colocar a la economía en el centro de su campaña, disputarle votos a Milei y asegurarse un lugar en el balotaje.
Se espera que Melconian asuma un rol protagónico en los próximos dos meses para mejorar la comunicación de las propuestas económicas, punto débil de la candidata. Basta con recordar las explicaciones que tuvo que salir a dar cuando habló de un “blindaje” con el FMI, o cuando propuso entrar con las cámaras de televisión al Banco Central para mostrar la escasez de reservas.
Melconian, de 66 años, tiene una vieja relación con Bullrich. Fue presidente del Banco Nación en la primera etapa de la gestión macrista, entre diciembre de 2015 y enero de 2017. Su salida de la entidad, según él mismo relató, tuvo que ver con diferencias con el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, y con el rumbo que tomó el banco.
“Hay cosas que no oculté nunca: cuando me preguntaban qué quería ser, siempre dije que ministro”, confesó tiempo después en una entrevista con La Nación.
En su libro “Primer tiempo”, Mauricio Macri reveló que mantuvieron conversaciones por ese tema, pero se inclinó por Nicolás Dujovne. “Si no había sido ministro antes era porque, en su momento, en la Fundación Pensar había sido anárquico y poco orgánico, coherente con su personalidad”, escribió el expresidente.
La economía, en el centro
En el encuentro del último viernes con su equipo económico, al que asistieron 13 especialistas de las distintas fuerzas que integran Juntos por el Cambio, Bullrich los instruyó a “hacer fuertes cambios desde el primer día de Gobierno” y sostuvo que “las prioridades serán la baja de inflación y llevar adelante un programa para el desarrollo y el crecimiento de nuestro país”.
Algunas de las propuestas concretas que se analizaron en las oficinas “bullrichistas” son las de reformar la carta orgánica del Banco Central para garantizar su “autonomía” y presentar un presupuesto con “déficit cero” para 2024.
A pocas horas de esa reunión, Bullrich se volvió a meter en la discusión económica para criticar las medidas del ministro y candidato oficialista Sergio Massa.
“Massa se burla de todos. Para empujar su candidatura tomó una serie de medidas que la inflación se va a comer en pocos días. Esta Argentina sufre y los problemas no se resuelven con maquillaje y más emisión. Massa ofrece populismo kirchnerista explícito en lugar de dar oportunidades reales para que los argentinos puedan trabajar y crecer”, cuestionó.
También Laspina se expresó en contra: “Entre la demagogia del candidato kirchnerista que sigue gastando y emitiendo pesos y la demagogia de otro candidato a presidente que promete eliminar esos mismos pesos sin tener un dólar a cambio, están generando una nueva hiperinflación en la Argentina. El Plan M&M”.
Contra la dolarización
El último informe de coyuntura del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, que dirige Melconian, señala que la dolarización propuesta por Milei “es muy buena como slogan, pero no como receta para la economía argentina”.
Los economistas del IERAL, entre los que se encuentra Jorge Vasconcelos, sostienen que se necesitarían unos 40.000 millones de dólares para encarar la dolarización y “al no demostrarse como se conseguirían, la brecha cambiaria sufre presión al alza, ya que se hacen cálculos sobre el (muy elevado) nivel del tipo de cambio que se requeriría para que los números cierren”.
Consideran que tampoco conviene tomar el “modelo ecuatoriano”, como sugiere el candidato de La Libertad Avanza, y además “se ignora una enseñanza de la crisis de convertibilidad: el Banco Central tenía los dólares para cubrir los pesos de la base monetaria, pero no para los depósitos a plazo”.
La fundación de Melconian sostiene que, “para los desafíos que enfrenta la Argentina, conviene reparar en la experiencia de Israel, que lanzó su plan de estabilización en 1985 y es el más exitoso desde entonces. Israel creció a un ritmo por habitante más que duplicando a Ecuador, sus exportaciones por habitante llegan a los 15.000 dólares/año, y su moneda es muy estable”.
A la hora de hacer un diagnóstico sobre las PASO, los especialistas opinaron que “estamos en medio de una gran paradoja: los votos del 13 de agosto muestran predisposición de la población a encarar reformas profundas, pero hoy es imposible saber quién y cómo habrá de liderarlas y, mientras estos dilemas se resuelven, afloran todas las inconsistencias de la política económica que el gobierno había tratado de disimular”.