Cerca de 3 millones de personas están habilitadas a votar este domingo para renovar 30 de las 60 bancas de la Legislatura porteña.
Las expectativas son inciertas sobre cómo será la participación a sufragar, teniendo en cuenta un ambiente de marcada apatía en la discusión pública.
La pelea se concentra en la cúpula dirigencial, mientras que en la sociedad horas antes de las elecciones había nulo entusiasmo e incluso desconocimiento respecto de lo que se elige.
Por dónde pasa la incertidumbre en estas elecciones
Las novedades y dudas para este elección pasa por varios lados. Por un lado, se eliminaron las primarias y en consecuencia la disputa es entre 17 espacios políticos. De este modo, el voto estará mucho más atomizado que la última vez que tuvo lugar esta instancia, cuando compitieron solo cuatro espacios.
Por otra parte, el voto se realizará mediante boleta electrónica. Eso hizo que en la previa la campaña dejara de ser a la vieja usanza y no se viera a los militantes de los distintos partidos repartiendo volantes y comunicando sus propuestas cara a cara con los ciudadanos.
Por último y no menos importante, una de las principales incógnitas es cuál será el nivel de participación. El ausentismo en las elecciones provinciales del fin de semana pasado encendió las alarmas sobre este particular, sumado a que el clima de lluvia y frío puede no inspirar a salir de los hogares.