Cinco años después del brutal asesinato de Joselin Mamani, la niña de 10 años que fue apuñalada 74 veces en su casa de Longchamps, Zaida Mamani, su madre y única imputada en la causa, fue absuelta por un jurado popular en el Tribunal Oral en lo Criminal N.° 4 de Lomas de Zamora. La decisión se tomó por falta de pruebas directas que la vincularan con el crimen.
“No hubo un testigo directo que haya probado la participación de Zaida en el crimen”, explicó su abogado, Ernesto Flores, tras conocerse el veredicto.
Una escena atroz y una acusación sin pruebas firmes
El asesinato de Joselin ocurrió el 7 de enero de 2019. Según el relato de Zaida, ese día salió al banco y dejó a su hija sola en casa, cerrando con llave. Cuando regresó, encontró la puerta abierta y a su hija muerta en un charco de sangre, con 74 puñaladas, 17 de ellas en el rostro. Las pericias iniciales indicaron que no hubo signos de ingreso forzado, lo que llevó a sospechar de alguien con llaves del hogar.
Pese a lo perturbador del hecho, la investigación no logró encontrar evidencia material directa contra Zaida. Durante el juicio declararon más de veinte testigos, pero ninguno logró ubicarla en la escena del crimen. Su abogado sostuvo desde el inicio que la fiscalía “la tenía difícil” por la falta de pruebas objetivas.
Un triángulo amoroso y una historia de tensiones
Más allá del crimen, la causa expuso una compleja trama de relaciones familiares y violencia de género. Años antes del asesinato, Zaida mantuvo una relación con Carlos Correa, con quien tuvo un hijo. Pero mientras convivían, ella comenzó un vínculo con Rubén Correa, el hijo de Carlos.
La revelación de esa infidelidad intrafamiliar desató una ruptura traumática. Aunque Carlos y Zaida se separaron, siguieron compartiendo la casa por motivos económicos. Durante ese tiempo, las agresiones se intensificaron, según relató la defensa. Años después, Zaida se casó con Rubén, su ex hijastro, y vivía con él y sus hijos, mientras Carlos Correa conservaba un juego de llaves de la vivienda.
Tras la separación, comenzaron a aparecer frases bíblicas escritas en las paredes de la casa, muchas firmadas por Carlos. Incluso hubo mensajes cruzados entre él y Joselin, que respondía a los textos religiosos con frases como “No es cierto”. A raíz de esto, la familia decidió cambiar la cerradura, lo que alimentó aún más las sospechas sobre la participación de Correa.
Próximos pasos: nuevas denuncias
Con la absolución de Zaida, su abogado adelantó que insistirán en investigar a otros tres sospechosos: Carlos Correa, su expareja; y Belén Beloso y Jonathan Meriles, una pareja vecina que también habría tenido acceso a la casa y que fue mencionada por la familia como potencialmente vinculada al crimen.
El caso de Joselin Mamani, marcado por una mezcla de violencia, celos, religiosidad y relaciones familiares fracturadas, continúa abierto. La absolución de Zaida no cierra la herida, pero da un nuevo giro a la búsqueda de justicia para una niña cuya muerte sigue sin tener responsables claros.