El jueves 3 de febrero de 1870 se llevó a cabo una reunión que dio de qué hablar hasta la actualidad. El líder entrerriano Justo José de Urquiza recibió al entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento, como un mensaje de cordialidad tras perder las elecciones de 1868 en donde el liberal fue elegido como mandatario.
Era 1870, el país venía de casi un siglo de guerras, conflictos internos y disputas de modelos que parecían interminables. La nación afrontaba por entonces la dura derrota en la guerra del Paraguay durante el gobierno de Bartolomé Mitre que lo obligó a abandonar el poder.
Sarmiento, nacido en la provincia de San Juan el 15 de febrero de 1811, se identificaba con el liberalismo y veía con buenos ojos la estructura política, económica y social de los Estados Unidos. Mientras gobernó el territorio del cual era oriundo, comandó la etapa final de la batalla impartida por Mitre contra caudillos federales, la denominada Campaña Pacificadora que resultó siendo una brutal represión a los paisanos de las provincias.
Su éxito en la guerra, con la caída de Ángel Vicente “Chacho” Peñaloza, lo depositó años mas tarde en la Presidencia de la Nación el 12 de octubre de 1868, sucediendo a Mitre quien años más tardes se distanció del propio Sarmiento en su etapa como jefe de Estado.
Su principal contrincante en esas elecciones fue nada más ni nada menos que el líder federal, gobernador de Entre Ríos y ex presidente de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza quien resultó derrotado en aquella oportunidad.
Como gesto de cordialidad ante Sarmiento, dos años después, Urquiza lo invitó a su residencia en el Palacio San José. Distinción que el mandatario aceptó y al que luego asistió para recordar un nuevo aniversario del triunfo sobre Juan Manuel de Rosas en la Batalla de Caseros en 1852.
La trastienda del encuentro
Varias son las versiones que interpretan la reunión que el Presidente del momento y el caudillo entrerriano mantuvieron en el verano de 1870 en la imponente vivienda ubicada en Concepción del Uruguay
A priori, que un líder federal se vincule diplomáticamente y brinde una muestra pública de buena relación con un liberal y centralista, como lo fue Sarmiento, no obtuvo una buena recepción por parte de los urquicistas.
El portal “El Historiador”, dirigido por el reconocido Felipe Pigna, cuenta en uno de sus artículos que en esta ocasión Sarmiento “se trasladó junto a un importante séquito a bordo del buque de guerra Pavón y al desembarcar se estrecharon en un abrazo. Era una provocación, o al menos así lo vieron muchos entrerrianos, ya que Pavón era el nombre de la batalla en que en 1861 las tropas federales al mando de Urquiza fueron misteriosamente derrotadas”.
“Urquiza, sin embargo, lo agasajó con batallones de infantería y regimiento de caballería. Este acercamiento con Sarmiento, el principal responsable de la muerte del ‘Chacho’ Peñaloza, fue considerado por los seguidores de Urquiza como el signo de la más alta traición a las ideas federales”, sostienen en el escrito.
Otras versiones indican que, a pesar del gesto de buena voluntad, también hubo cierta “picardía” por parte de Urquiza quien en el ingreso al Palacio San José sobre un extenso camino de lajas rodeado de árboles hizo colocar rosas rojas, cuyo color representa al federalismo algo que seguramente no le habrá simpatizado a Sarmiento, un férreo opositor de esas ideas dado que también simpatizaba con los unitarios.
Muerte de Urquiza
Esta reunión probablemente haya sido la gota que rebalsó el vaso para los seguidores de un Urquiza que cada vez contaba con menor apoyo popular.
Este encuentro se agregaría a la histórica retirada del General de una batalla prácticamente ganada en Pavón que implicó no sólo una dura derrota para el federalismo, sino también la llegada al gobierno de Mitre el 12 de octubre de 1862.
Luego de este episodio, Urquiza tampoco apoyó a Chacho Peñaloza quien condujo la resistencia de las provincias al centralismo porteño. El caudillo murió en manos del Ejército durante la Campaña de Pacificación que Sarmiento lideró en su última etapa.
El 11 de abril de 1870, tan solo a poco más de dos meses de la reunión con Sarmiento, el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza murió en el Palacio San José en manos de un grupo armado que respondía al ex colaborador del General, Ricardo López Jordán. En simultáneo a este operativo, también fueron asesinados dos hijos de Urquiza en Concordia bajo el comando de Simón Luengo, otro caudillo que formó parte del urquicismo.