El fiscal de Victoria Eduardo Guaita pidió la elevación a juicio de los tres internos de la Unidad Penal de Victoria por el séxtuple homicidio que ocurrió en 7 de junio del 2018. La pena sería de prisión perpetua.
Los tres acusados por el incendio que mató a seis detenidos mientras dormían en una celda son: Kevin Paniagua, Ramón Framulari y Maximiliano Chamorro, jovenes entre 20 y 21 años.
Paniagua debía cumplir una pena de 13 años por dos homicidios, Framulari seis años por una decena de hechos delictivos, entre robos y balaceras, y Chamorro cuatro años y medio por asaltos y tiroteos. Pero con la acusación de la Fiscalía por el incendio en Victoria deberían cumplir cadena perpetua.
Los tres delincuentes fueron identificados como autores del crimen desde el mes de junio, pero para realizar el juicio la Justicia necesitó recabar todas las pruebas necesarias para poder realizar el debate.
"El escrito presentado es básicamente una descripción de todos los fundamentos por los cuales considero que las personas son culpables, y se hace un estimativo de pena. La prueba que quiero que se lleve al juicio, ya sea la producida como los testigos que tienen que deponer. Es un resumen de la acusación", señaló Guaita a UNO.
Entre las evidencias presentadas se encuentran "los videos y las declaraciones testimoniales de los internos, sobre todo compañeros de pabellón, además los penitenciarios de la Unidad Penal, los peritos que hicieron análisis de las causas del incendio, los estudios toxicológicos, y los médicos forenses".
Al sextuple homicidio imputado a los tres jóvenes se le suma el intento de homicidio a un sobreviviente del incendio y la figura de "alevosía, ensañamiento, utilización de un medio que genera un peligro común y por la premeditación de tres o más personas".
El ataque se hizo "en un horario en que sabían que las personas estaban dormidas y aparte les cerraron la puerta con traba por afuera". Además, los testigos señalaron que durante toda la noche los acusados estuvieron planificando el incendio.
Y la cámara de seguridad del pabellón es contundente, las mismas quitarían la posibilidad de que los carceleros hayan sido cómplices del ataque ya que se ve el tiempo que pasa entre que comenzaron los gritos de auxilio y el socorro de estos.