El estudio del aprendizaje, comportamiento y cognición de los perros en general, despierta en nosotros mucho interés por saber hasta dónde los conocemos. ¿Realmente sabemos cómo se relacionan?
Con nosotros, comprenden verdaderamente nuestros estados de ánimos, nuestras emociones y cuántas preguntas más nos podríamos hacer.
Sabemos cuando nuestro perro está feliz o triste; o cuando tiene miedo o cuando está tranquilo y seguro. Pero a veces nos sorprende con esas reacciones imprevisibles y extraordinariamente buenas y otras veces no podemos comprender porque reaccionó de esa manera.
Hemos avanzado sobre el conocimiento de su comportamiento, sabemos que son seres sociales, jerárquicos y territoriales y que la familia es como parte de su jauría a la cual defenderá hasta con su propia vida. Pero siempre nos sorprenden algunas de sus acciones que nos dejan grandes enseñanzas. Por ejemplo respecto de su fidelidad y amor incondicional, reaccionando como seres más evolucionado de lo que parecen ser.
No tenemos dudas que son seres inteligentes, pero ¿cuán inteligentes son? Evidentemente no tenemos hoy una respuesta acabada y debemos estudiarlos más, sobre todo para conocer cuánto de su ser es emocional.
Hoy tenemos respuestas médicas a las diferentes patologías que alteran su comportamiento normal, donde a veces somos responsables en mayor medida nosotros por no saber educar correctamente a nuestro animal de compañía y no cubrir sus necesidades básicas por desconocimiento o por arrogancia de sentirnos superiores, y nos creernos capaces de hacerlo sin la indispensable información, donde muchas veces se pierde el mejor tiempo para la enseñanza y educación básica que, como en todo ser vivo, son los primeros meses de su vida.
Quizás el error más frecuente de acuerdo a mi experiencia es creer que con represión, gritos, violencia y castigos lograremos educarlos. Así obtendremos un animal inestable e inseguro.
Recordemos que son seres con un temperamento que en parte es genético pero en su mayor porcentaje es producto de su educación y del entorno. Es así que tenemos animales de carácter nerviosos, a veces un poco desequilibrados, linfáticos, sanguíneos. Cada uno con sus particularidades.
Su mundo emocional
Ante diferentes estímulos posiblemente sientan, lo que nosotros conocemos como emociones. Por ejemplo la alegría que demuestran cuando volvemos a casa, lo expresan a través de su lenguaje corporal. Evidentemente tienen en su cerebro estructuras mentales que nos indican que son seres emocionales. Que pueden expresar la ira, la aversión, el miedo, la sorpresa entre otras. También manifiestan su estado de ánimo a través de sus movimientos corporales, gemidos, ladridos, gruñidos que son parte de su vocabulario emocional. Importante diferenciar los celos (que no son emociones) si es un instinto protector.
Finalmente también su mundo emocional puede sufrir patologías, como ejemplo podemos poner a la Depresión Canina o algún tipo de agresividad por miedo. Hasta la próxima.