Desde el 12 de mayo Pocha y Guillermina, las elefantes del ex zoológico de Mendoza, se encontraban disfrutando de un santuario para su especie ubicado en Brasil. En octubre se conocía la triste noticia, Pocha había fallecido. Luego de más de un mes de espera, las autoridades del santuario compartieron los resultados de la autopsia.
Fueron 5 meses los que Pocha disfruto junto a su hija Guillermina del Global Sanctuary for Elephants ubicado en Brasil hasta que el 7 de octubre se conocía la noticia sobre su deceso.
“Con gran pesar anunciamos que Pocha falleció anoche. Aunque aún no sabemos la causa de la muerte, pronto se hará una necropsia para ayudarnos a determinar qué pasó, aunque puede que no tengamos resultados de inmediato”, informaron desde el santuario y la Secretaria de Ambiente de Mendoza aquel 7 de octubre.
40 días después de su partida se conoció el informe completo de su autopsia. Luego de vivir 54 años en cautiverio en el ex zoológico de Mendoza, ahora Ecoparque, desde el Santuario de elefantes explicaron que “las cosas fueron más complejas de lo esperado” respecto del informe donde se detallarían los motivos de la partida.
La necropsia reveló que sufría de una infección, la cual habría sido contraída en Mendoza debido al cautiverio. Pocha tenía sus órganos internos comprometidos de manera crónica y detallaron que la causa oficial de su muerte fue “una enfermedad severa y crónica de los riñones asociada con una inflamación granulomatosa, en respuesta a mycobacterias”.
De esta forma detallaron que “Pocha había contraído una infección por tuberculosis micobacteriana que, durante la necropsia, se presentó de manera atípica”. Y agregaron: “Esta infección causó daños extensos en toda su cavidad abdominal, incluidos el bazo, el estómago, los intestinos, el hígado y los ganglios linfáticos. Su cavidad torácica se presentó como ‘normal’”.
Los especialistas del santuario aseguraron que esta enfermedad es común entre los elefantes cautivos y apuntaron a las condiciones en las que vivía Pocha en Mendoza. “La vivienda de concreto donde vivían Pocha y Guillermina tenía muy poca circulación de aire, luz natural limitada y permanecía húmeda, todo lo cual puede abrir la puerta a varios agentes infecciosos”.
Por qué no la detectaron antes de trasladar a Pocha a Brasil
Según explican desde el Santuario, tanto Pocha como Guillermina fueron “examinadas para micobacteriana antes de su transporte, según los requisitos sanitarios de importación, pero fueron examinados para una cepa diferente”.
Y destacaron: “Sin embargo, según la extensión de la infección encontrada en su cuerpo, los granulomas que desarrolló en respuesta y el impacto en sus órganos, se cree que este proceso comenzó hace al menos varios años”.
Por otro lado, resaltaron que “los elefantes no son portadores naturales de ninguna especie de micobacteria”, que esta infección “se contrae de fuentes externas” y que, en el caso de tuberculosis micobacteriana, generalmente se transmite de las personas a los elefantes”.
De esta forma aclararon que las dos elefantas que compartían hogar junto a Pocha en Mendoza también corren el riesgo de sufrir la misma enfermedad. Aunque aclararon que ya comenzaron a hacer pruebas adicionales para Guille. “Tan pronto como el Ecoparque Mendoza pueda avanzar en el entrenamiento de Tamy, él también recibirá pruebas”, señalaron.