La fiscal Gabriela Cháves puede seguir adelante en la causa de la Tupac Amaru porque su padre, el octogenario abogado Héctor Rosendo Chaves Chaves, renunció a ser codefensor uno de los acusados. El abogado defendía a Federico Torrengo, uno de los hijos de Nélida Rojas,la principal imputada en la causa de "asociación ilícita"; mientras que Alfredo Guevara encabeza el equipo de la defensa.
Ayer el clima se tensionó cuando Guevara pidió la recusación de la fiscal atendiendo a que el Código Procesal Penal indica que si un fiscal posee un lazo de consanguinidad "hasta de cuarto grado" con algún involucrado en el proceso, el representante del Estado debe apartarse (arts. 90 y 72).
Si bien la fiscal y su padre hace más de 20 años que no se hablan, si él decidía seguir en la defensa, a Chavez hija no le iba a quedar mas opción que apartarse. Sin embargo el hombre renunció. "Por las discusiones que hubo inmediatamente lo llamé a Alfredito (Guevara) y le dije que no, para eso no. Yo estoy dispuesto a trabajar, hace medio siglo que soy abogado de internos y presos políticos. Con el padre de él defendimos a los primeros presos políticos en Mendoza. Hace casi medio siglo, imagínate de la trayectoria que tengo", dijo el hombre.
Y agregó que no se sintió “usado” por Guevara para desplazar a la fiscal porque según su experiencia penal “no hace falta tener jueces o fiscales amigos lo que hay que ser es un buen defensor nada más”, dijo. Y agregó: “Para mí es como si fuera mi hijo porque lo conozco desde que defendíamos los presos políticos y él debe haber tenido 4 o 5 años”.
Pero recalcó: “Para evitar equívocos no voy a participar, me gustaría porque yo también tengo mi corazoncito de militante social desde hace medio siglo y me gustaría averiguar qué ha pasado”.