Los peritajes de parte realizados confirman que el chofer chileno Javier Sanhueza manejaba a 90 kilómetros por hora en el momento previo al vuelco y que la unidad se desestabilizó al llegar a la zona de curvas en la zona de alta montaña donde ocurrió el accidente, el 18 de febrero pasado del año pasado en el que murieron 16 pasajeros de los 42 que viajaban; tres más fueron rescatados agonizantes y fallecieron camino a los centros asistenciales.
El documento señala: "Teniendo en cuenta la velocidad del rodado, la altura de su centro de gravedad, la influencia del gran peso del motor de la parte trasera y la inercia que se genera en un cuerpo que se dirige con una cierta masa a determinada velocidad, se está en condiciones de afirmar que el transporte de pasajeros se dirigía por la ruta y al tomar la curva previa a la del accidente, se desestabilizó, no pudiendo tomar su conductor la precaución necesaria al llegar a la segunda curva".
El informe remarca que el colectivo siniestrado sufrió las consecuencias de lo que se llama "principio de inercia".
"Un cuerpo tiende a permanecer en estado de reposo o en movimiento rectilinio uniforme, a menos de que una fuerza externa no actúe sobre él. El móvil que intentara seguir una línea recta, oponiéndose la maniobra de giro hacia a la derecha realizada por el conductor, produciéndose la fuerza conocida como movimiento mecánico la cual se efectuó en la parte trasera donde se encuentra el motor", se explica en el informe.
Allí "se produjo una fuerza que se oponía al giro, intentando seguir en línea recta, provocando el vuelco del colectivo, hacia el lateral izquierdo, derrapando sobre su lateral izquierdo sobre el asfalto, la banquina, finalizando la marcha sobre las vías del ferrocarril".
Y sostiene: "Cabe destacar que en ese tramo de la ruta en donde se encuentran dos curvas, existe una pendiente de bajada y que según la información aportada por el tacógrafo, su conductor nunca accionó el pedal de freno".
El informe concluye que la tragedia se ocasionó debido a "un error humano", siendo el desencadenante "la velocidad en la que se dirigía el rodado".
El colectivo de Tur Bus -una empresa chilena que cuenta con varias tragedias en su historia- había salido de Mendoza la noche del viernes 17 de febrero. De acuerdo con los testimonios, el chofer chileno tenía especial interés en llegar temprano a la Aduana argentina.