Ariel Pozzo, mendocino que está en la Ciudad de México desde hace cuatro años, precisó en diálogo con Cadena 3 que se registró unas dos horas después de un simulacro de temblor que se realizó al cumplirse 32 años del poderoso terremoto de 8.1 grados que devastó México en 1985 y dejó miles de muertos.
"El sismo sorprendió. Lo que fue un simulacro se transformó en un hecho real. Se vio muchísimo pánico. Quizá a diferencia de otros fenómenos, como un huracán, un terremoto no avisa. Fue mucho más intenso que el que vivimos dos semanas atrás", reflexionó.
Pozzo resaltó que no hubo réplicas, porque el epicentro se produjo en Puebla, donde "no hay placas tectónicas activas", y explicó que en en la zona en la que está, de edificios nuevos, no hubo derrumbes, "pero en la parte baja las consecuencias fueron devastadoras".
"Estaba en un piso 19. Tomé a mi hija y nos fuimos a la zona del ascensor, porque tratar de evacuar desde un piso 19 es imposible", acotó, y también detalló que el olor a gas "era insoportable, porque seguramente son muchas las fugas".
Lucía Sarmiento y Martín Mateos, por su parte, también son mendocinos y están en Puebla. Contaron que estaban descalzos, haciendo la comida, cuando comenzó a temblar, y al sentirlo tan fuerte salieron corriendo a la calle.
"Fue largo y bien fuerte desde el principio. Estuvimos unos segundos en el departamento, nos dimos cuenta que era fuerte y salimos", afirmó la joven, y subrayó que los vecinos salieron intranquilos y "corriendo medio desesperados" al sentir la potencia del movimiento.
"Lo primero que hicimos fue buscar un marco, pero fue tan fuerte que salimos corriendo a la calle. Hubo derrumbes de iglesias, escuelas y universidades", agregó Martín.