La Biblioteca popular Antonio Tormo de Las Heras lleva más de cinco años al servicio de la comunidad de los vecinos/as del barrio 26 de enero del departamento. Nació en el garaje de una vecina y desde ese momento brindan actividades culturales y educativas en la localidad.
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El espacio surgió inicialmente con actividades de apoyo escolar brindados por un grupo de vecinas del barrio. “Esta iniciativa se dio como una respuesta a la necesidad de los niños/as que solicitaban acompañamiento escolar”, comentó Lorenzo González Raso, uno de los miembros de la Biblioteca a Vía Mendoza.
Luego en el 2016 se conforma la biblioteca junto a vecinos/as y un grupo de jóvenes que ayudaron a impulsar el proyecto.
“El objetivo fue y es crear un espacio de distensión y ocio dónde niños/as del barrio puedan pasar un buen momento. Queremos que sigan jugando, que puedan leer un libro, queremos darles un lugar para crear, para hacer música, para pintar y acompañarlos en esos momentos atendiendo las distintas necesidades o demandas”, indicó Lorenzo.
Las actividades que realizan continúan siendo de apoyo escolar, como desde su inauguración, cuentan con clases de guitarra y diversos talleres (reciclaje, circo, murga, bandas musicales, entre otros). Con la vuelta de la presencialidad retomarán las clases de instrumentos y un taller de radio que llevan adelante.
Por otro lado, informan sobre educación menstrual y enseñan a fabricar toallitas femeninas de tela reutilizables. Esta tarea la realizan junto a las vecinas del barrio que impulsan la creación de emprendimientos para comercializar este elemento de higiene.
La biblioteca cuenta con la ayuda de extensión universitaria de la UNCuyo “Poyecto Mauricio López.” La iniciativa les facilitó pizarras, útiles escolares, equipo de música, micrófonos, alimentos y herramientas claves para el funcionamiento de todas las actividades del establecimiento.
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Los vecinos como motor del proyecto
Desde la biblioteca señalaron que el principal motor de creación y sustento de la biblioteca son los vecinos/as del barrio. Desde su creación estas personas fueron realizando diversas donaciones de libros, muebles, guitarras para los talleres y alimentos para el desayuno de los niños/as de la localidad.
Actualmente las personas forman parte del proyecto, desde diferentes áreas, son cerca de 15 vecinas/os y jóvenes del barrio. Al trabajo comunitario se suman varias organizaciones o negocios locales que colaboran con el funcionamiento de la biblioteca.