Las copiosas lluvias caídas sobre la llanura boliviana Chiquitanía ayudaron a extinguir los incendios forestales que desde principios de agosto consumieron 3,9 millones de hectáreas, dijeron las autoridades.
"Ha llovido en casi toda la Chiquitanía. Nuestro satélite no registra incendios activos", anunció Cinthia Asin, secretaria de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Gobernación de Santa Cruz (este).
Sin embargo, explicó que el personal anti incendios recién se replegará después de 24 horas, cuando se tenga plena certeza de la extinción total del fuego en la zona de la Chiquitanía y el Pantanal, donde se concentró el mayor número de focos ígneos.
Aeronaves cisternas y brigadas de bomberos forestales trabajaron durante varias semanas para aplacar el fuego que empezó a ceder con las fuertes lluvias que cayeron desde el pasado lunes.
"La lluvia ha sido fundamental para controlar los incendios", remarcó la funcionaria, tras anunciar que ya se inició el plan de reforestación.
No se cuenta aún con reportes de los incendios registrados en otras zonas dispersas del país como Tarija (sur) y Cochabamba (centro).
La Fundación Amigos de la Naturaleza dijo que en todo el país ardieron 5,3 millones de hectáreas.
Los ambientalistas responsabilizan a decretos del presidente Evo Morales de haber incentivado la quema de bosques y pastizales para ampliar la frontera agrícola, mientras el Gobierno culpó a los vientos y al clima seco de la región.