Transcurrieron 18 días desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania y lejos de percibirse una situación esperanzadora, este domingo a la madrugada Rusia fue acusada de usar bombas fósforo en Ucrania. “Es lo que los nazis llamaban una ‘cebolla ardiente’, eso es lo que los ‘rusistas’ [combinación de “rusos” y “fascistas”] están soltando en nuestras ciudades”, indicó a través de Facebook Oleksi Biloshytsky, jefe de la policía de Popasna.
El responsable policial ucraniano de la ciudad ubicada en la región de Lugansk, agregó: “Sufrimientos indescriptibles e incendios”.
También en el Donbás, en Kramatorsk, cuando un tren transportaba a personas evacuadas rumbo a Leópolis, en el oeste del país, fue alcanzado por bombardeos el domingo a la madrugada, según informó el jefe de la región militar de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko. El ataque causó un muerto y un herido, según él.
Además, dos iglesias ortodoxas del Donbás, donde se refugiaban civiles, se vieron afectadas por los combates, según las autoridades regionales. Se trata de la iglesia de Sviatogurisk, en Donetsk, y otra de Severodonetsk, en Lugansk.
Esas localidades se encuentran en partes de las regiones de Lugansk y de Donetsk que no formaban parte de las “repúblicas” separatistas prorrusas autoproclamadas antes de que empezara la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero.
Qué son las bombas fósforo
Las bombas fósforo están formadas con fósforo blanco. Se trata de un sólido ceroso de color blanco y cuyo olor se parece al ajo. Al lanzarlas, se produce una cortina muy densa y caliente de humo blanco.
Su uso puede causar quemaduras intensas y dolorosas de segundo y tercer grado. Incluso hasta puede causar la muerte.
La absorción del fósforo puede dañar diferentes órganos internos tales como el corazón, el riñón o el hígado, y también puede afectar a las personas hasta provocar su muerte.
Además, la inhalación del humo puede irritar la nariz y los ojos y, en caso de estar expuesto por más tiempo, provocar tos crónica.