Luego de que este martes misiles rusos impactaran en el poblado polaco de Przewodou, cerca de la frontera con Ucrania, el Gobierno del país determinó que comenzara la preparación de las unidades militares para un posible combate. Al mismo tiempo, evalúan invocar el artículo 4 de la OTAN, que habla de la posibilidad de consultarse entre los integrantes cuando alguno de estos se vea amenazado.
“Se ha tomado la decisión de aumentar el estado de preparación de algunas unidades de combate y otros servicios uniformados”, comentó el portavoz Piotr Muller, luego de que tuviera lugar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional en Varsovia.
Asimismo, habló sobre la posibilidad de acudir al artículo 4 de la OTAN, por lo que están analizando si es preciso consultar a sus socios en ese bloque sobre la existencia de una amenaza a su territorio.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, se refirió a la charla que mantuvo con el presidente polaco Andrzej Duda: “Ofrecí mis condolencias por la pérdida de vidas. La OTAN está monitoreando la situación y los aliados están consultando de cerca. Importante que se establezcan todos los hechos”.
El organismo se encuentra investigando informes sobre la caída de los misiles. “Estamos investigando esos reportes y en coordinación estrecha con nuestra aliada Polonia”, dijo un funcionario de la OTAN.
El ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, tiene previsto hablar con su homólogo estadounidense Lloyd Austin en las próximas horas.
Qué dice el Tratado de la OTAN
El ataque de este miércoles justificaría una respuesta por parte de la OTAN, pero para eso se deberían aplicar varios artículos del Tratado de la agrupación de defensa atlántica.
Como se mencionó, el artículo 4 puede ser invocado por los miembros de la alianza atlántica que se sientan amenazados por un Estado o por una organización terrorista. A partir de entonces, los otros países inician consultas formales y analizan si efectivamente existe una amenaza y cómo se podría resolver. No obstante, este artículo no deriva a llevar a la práctica una respuesta, por ejemplo, armada.
En este caso, también es clave repasar el artículo 5 del Tratado: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas”.
Y sigue: “En consecuencia acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte”.
“Todo ataque armado de esta naturaleza y toda medida adoptada en consecuencia se pondrán, inmediatamente, en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales”, agrega el artículo.
Esto quiere decir que la OTAN no sólo puede sino que tiene la obligación de intervenir en caso de agresión a uno de sus países miembro. La primera vez que se invocó este artículo fue tras los atentados del 11-S contra Estados Unidos. Cabe mencionar que países como Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania ya señalaron a Rusia como autor del lanzamiento de estos misiles.
Rusia rechaza las acusaciones
Ante los llamamientos de varios Estados a que el territorio de la OTAN sea defendido, en Moscú rechazaron las acusaciones y se explicó que los fragmentos de misiles en la zona no corresponden con el tipo de armamento que utiliza Rusia.
El episodio tuvo lugar en una jornada en la que Rusia atacó nuevamente el territorio occidental de Ucrania. Kiev, Leópolis y otras tantas ciudades fueron escenario de ofensivas rusas, centradas específicamente en infraestructuras energéticas.