El Fiscal de la UFI 11 de La Plata, Álvaro Garganta, solicitó al juez de Garantías Agustín Crispo, la detención del cura Raúl Sidders, acusado de abusar de niños en el colegio San Vicente de Paúl de La Plata, donde era el capellán del establecimiento. Actualmente el sacerdote cumple funciones pastorales en la Diócesis de Puerto Iguazú, donde fue trasladado a principio de este año. La solicitud deberá ser resuelta en el plazo de cinco días.
La denuncia contra el cura Sidders la presentó una joven que lleva el seudónimo de “Rocío”, quien padeció los supuestos abusos del religioso entre sus 11 y 14 años. El pedido de su detención fue solicitada por los abogados; Juan Pablo Gallego y Pía Garralda.
Los abogados sostienen que Sidder en Puerto Iguazú y bajo resguardo de sus pares pone la calificación en “grave riesgo de fuga” por la proximidad de cruzar a Paraguay o Brasil y profugarse. Vale recordar que el hombre tiene una “prohibición de salida del país”.
La denuncia fue acompañada por parte de la comunidad educativa, sobrevivientes de abuso eclesiástico, organizaciones de mujeres, de derechos humanos y políticas.
El argumento del pedido de detención se sustentaría “por el cuadro probatorio abrumador que lo señala a Sidders como autor de los crímenes, constituye además un duro golpe al operativo de impunidad de las autoridades del Arzobispado de la Plata, en persona de su titular Víctor “Tucho” Fernández, y del obispado de Iguazú que expresó públicamente que la denuncia se trataba de una ‘fake news’”.
Los mismos letrados denunciantes comunicaron que “el encubrimiento de la jerarquía eclesiástica se manifiesta en que, a pesar de la causa en su contra, Sidders mantiene tanto su cargo eclesiástico como público, ya que también es capellán de la Gendarmería Nacional”.