De la frase “nada se pierde, todo se transforma”, especialistas de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y el CONICET decidieron elaborar una salsa de tomate incorporando elementos residuales. El resultado final podría ofrecer propiedades antitumorales y contribuir a la prevención del cáncer de mama y próstata.
Un progreso en el ámbito científico
El producto se realiza es a base de la salsa de tomate “elaborado a partir de la incorporación de distintos productos residuales de la industria del tomate, del vino, del ajo y del aceite de oliva. Estos subproductos contienen compuestos bioactivos que generan un efecto preventivo del cáncer de mama y próstata”, indicaron en el informe.
En la misma línea, Constanza López Fontana, investigadora del CONICET y directora del proyecto, comentó a la Agencia CTyS-UNLaM: “Un alimento funcional es aquel que es modificado para lograr un beneficio en la salud. Lo que nos propusimos hacer es extraer los compuestos bioactivos de estos subproductos que, sabemos por estudios que llevamos a cabo anteriormente, tienen propiedades antitumorales, y desarrollar extractos para luego agregarlos a este alimento”.
Por otro lado, López Fontana indicó que eligieron la salsa de tomate, ya que es un alimento masivo y de un costo accesible para la mayoría de la población. Asimismo, el tomate esta compuesto por un bioactivo llamado licopeno, que es el que le otorga color y un antioxidante.
“Se lo estudió en relación a múltiples enfermedades y se descubrió que tiene un efecto preventivo en varias patologías, pero, principalmente, hay una fuerte asociación respecto al cáncer de próstata. El licopeno se consume en forma de salsa de tomate porque tiene una estructura química que es muy dura para poder digerirla con nuestras enzimas digestivas. Entonces, se le hace un proceso de cocción para que sea absorbida más fácilmente”, indicó la experta.
Cómo es la elaboración de la salsa de tomate
Como etapa inicial, se realiza la extracción de los compuestos bioactivos de los subproductos que conforman la matriz productiva en el Laboratorio de Química Analítica Verde y el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM). Como siguiente paso, el Laboratorio de Hormonas y Biología del Cáncer (IMBECU) es el responsable de llevar a cabo los experimentos para estudiar los efectos biológicos tanto tumorales como no tumorales de próstata y mama.
En paralelo, la Fábrica Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias y el Departamento de Higiene de los Alimentos del Ministerio de Salud de la Provincia trabajarán en el desarrollo del alimento. Además, se encargarán de gestionar la regulación necesaria para la inclusión en el Código Alimentario Argentino, para que se comercialice el producto en el futuro.
“El último objetivo, en el cual interviene la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud del Ministerio de Salud de la Provincia, lo que buscan es dar a conocer hábitos alimentarios saludables a la población. Muchos de estos alimentos tienen compuestos bioactivos, pero no siempre se tiene acceso a ellos. Este alimento funcional sería de gran ayuda en esos casos”, comentó la investigadora.
Cómo afecta el cáncer de próstata a los argentinos
El cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre y el cuarto más común luego del de mama, colon y pulmón. Según los últimos registros del Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Nacional del Cáncer (INC), en Argentina, se estima una incidencia de aproximadamente 11.000 nuevos casos por año.
López Fontana declaró que para el cáncer de próstata y mama, los tumores tienen una evolución lenta, por lo que lo su prevención es fundamental. “Es importante que, como población, sepamos que podemos retrasar la aparición de estos tumores en un 40 por ciento. Y lo podemos hacer a través de hábitos alimentarios saludables incorporando los alimentos mencionados, pero también favoreciendo la actividad física, evitando fumar y consumir alcohol”, aseguró la experta.