Como en todo el país, en Formosa el Registro Nacional de la personas no tramita, entre otros documentos públicos, las partidas de nacimiento desde el inicio de la cuarentena.
Por otra parte, es una de las provincias de la república argentina que más nacimientos tiene y cuya tasa de natalidad se incrementa en adolescentes.
En circunstancias normales un 60% aproximadamente se atiende en el sistema público de salud, el otro 40% lo hace en el privado. Esto ha cambiado bruscamente con el aislamiento obligatorio donde se interrumpió la atención en instituciones privadas y solo se atendían urgencias en los hospitales y centros de salud publicos.
Con la flexibilización de la cuarentena, las clínicas y sanatorios han vuelto a recibir pacientes ambulatorios con el alejamiento social, es decir evitando la aglomeración de personas.
Pero el problema que surge es el inmediatamente derivado de los nacimientos que se dan con la cuarentena y que no piden permiso para ocurrir por cuanto esos recién nacidos no pueden ser anotados con sus respectivos nombres y apellido paterno en el Registro Nacional de las Personas.
Es así que los bebés nacidos en cuarentena no tienen nombre, son reconocidos solo con el apellido de la madre, no del padre y sin nombre en particular.
Una situación a todas luces anómala que debe ser subsanada de alguna manera, tomando en cuenta que la identidad de los mismos en sus primeros días de vida, tiene la importancia no solo para individualizarlos sino para que empiecen a formar parte de una sociedad organizada desde el primer minuto de vida.
