La primavera ya llegó y de a poco los balcones, jardines o interiores de las casas comienzan a poblarse de plantaciones de todo tipo. Es la época en que se siente un aroma a flores, los días son más largos y sube la temperatura, es por eso que los fanáticos de la jardinería están atentos para plantar, renovar o modificar las plantas de la casa.

Para las personas que viven en ambientes pequeños que no tienen tanto acceso a tierra, a lugares de mucho sol o ambientes para plantar muchas cantidades, una variante para las casas son las pequeñas o las que mejor se adaptan al interior.
Cada vez es más común ver helechos, cactus, suculentas, entre otras, que se cree que con poco sol o cuidados pueden crecer y desarrollarse perfectamente. No obstante, necesitan un rayito de luz solar para vivir, aunque está establecido, no todas tienen el mismo recibimiento.

Se cree que todas las plantas necesitan del sol para vivir, pues es vital para ellas. Sin embargo, hay tres tipos que no están preparadas para recibirlo de forma directa por muchas horas y es perjudicial a su crecimiento.
Las tres plantas que no deben exponerse al sol
Estas especies sufren de estrés por calor, se queman sus hojas o tiene deshidratación si están mucho tiempo bajo la luz solar. Hay tres que seguro no sabías y que rompen el mito de la exposición al sol.

- Lengua de suegra (Sansevieria): crece en cualquier ambiente y es resistente a los cambios de temperatura. Sin embargo, el sol directo puede dañar sus hojas, generar manchas amarillas o que pierdan su firmeza. Su forma perfecta para que crezcan es que estén en el interior con luz filtrada.
- Helechos: son plantaciones fanáticas de la humedad y la sombra. Por lo que exponerlos a un sol directo genera que sus hojas se sequen rápido. Son ideales para baños o casa con semisombra solar.
- Calathea: tienen hojas decorativas con dibujos llamativos, pero muy sensibles al sol. Su exposición constante hace que pierda el color y se marchite. Necesita luz indirecta y riego frecuente para su mantenimiento.