El último fin de semana largo estuvo marcado por unos días de altas lluvias en la zona de Buenos Aires como en el resto de la región pampeana. Esas precipitaciones llegaron como un fuerte alivio a los productores agropecuarios que ahora mejoraron las expectativas de cara a la siembra de trigo y con foco a recuperar tras un pésimo arranque de año.
El foco está puesto en intentar recuperarse después de un inicio de año donde la sequía fue la gran protagonista dejando al campo con la peor cosecha en 20 años. Estimaciones hablaban de que hubo un 56% menos de soja que lo que se esperaba a principio de la campaña, que ya de por sí era bajo.
“Entre marzo y la actualidad, la valuación del volumen proyectado de exportaciones del complejo soja para la campaña en curso (2,5 Mt de poroto, 19 Mt de harina y 3,4 Mt de aceite) ha perdido 1.300 millones de dólares adicionales. Como resultado, a los valores actuales, la liquidación de divisas del principal complejo exportador de la economía argentina evidenciaría una pérdida interanual de US$ 8.000 millones el año en el ciclo 2022/23, respecto de la anterior campaña 2021/2022″, explican desde la Bolsa de Comercio.
Ahora, sin embargo, el escenario mejoró favorablemente después de las últimas precipitaciones que se registraron ya que por primera vez en todo el año dejaron acumulados que duplicaron y hasta triplicaron las medias mensuales de mayo. Y el evento llega a tiempo para cambiar las posibilidades productivas del trigo 2023/24.
En ese sentido, las aspiraciones ahora mejoraron uno de los peores escenarios de siembra triguera de los últimos 15 años. Hasta el pasado 17 de mayo, los perfiles de suelo en el centro de la región pampeana marcaban las condiciones más secas en los últimos 30 años.
Santa Fe, una de las provincias más castigas por la gran sequía del verano, recibió esta vez la mayor descarga: en un 30% de su superficie se superó los 100 mm. Esto sucedió en el centro y el sudeste provincial. Los registros más importantes son los de Súnchales con 173 mm o los 138 mm de Rosario.
En Entre Ríos, el 40% del territorio superó los 100 mm. El registro más importante es el de Paraná con 174 mm. Hacia el este, Concepción del Uruguay alcanzó los 100 mm.
Mientras que en Buenos Aires, la cobertura fue menor pero no por eso menos importante. El 60% de su extensión recibió lluvias de 30 a 120 mm. Se destaca la gran descarga que hubo en el noreste boanerense con registros de 100 mm en San Pedro, 95 mm en Pergamino y 82 mm en Junín. Hacia el noroeste fue muy poco, en Villegas solo se registraron 2,5 mm.
Las tormentas más fuertes se desarrollaron en el centro este: en Dolores se registró 122 mm. Hacia el sudeste, Balcarce recibió 75 mm y Benito Juárez 65 mm. Lamentablemente, el agua no llegó a la franja oeste: en Coronel Pringles solo cayeron 4mm y en Coronel Suárez 6mm. Desde la localidad de 9 de Julio hacia el oeste, los milímetros fueron casi nulos.
Sin embargo, estas lluvias partieron a la región pampeana ya que se concentraron principalmente en el este, a la altura de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. La preocupación sigue en la provincia de Córdoba, donde solo algunas localidades del este provincial, cerca del límite con Santa Fe, recibieron lluvias por encima de los 10 mm.
Las lluvias de la última semana dejaron fuera de juego a Córdoba, La Pampa y San Luis ya que se recostaron sobre el este. La región pampeana quedó partida por la mitad. Las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos muestran un cambio rotundo de escenario. Pero el agua no llegó al oeste y más del 50% de la región pampeana sigue aún sin condiciones para la siembra triguera.
En ese sentido, la Bolsa de Comercio de Rosario advierte que “parece complicado” igualar los niveles de siembra del año pasado. Cabe remarcar que el oeste sigue con las mismas condiciones y los productores todavía se ven golpeados por la sequía del verano.
De hecho, esto también marca que aunque las lluvias sean superiores, desde el agro deberán hacer frente a la inversión para tener un potencial de rinde de 45 a 50 qq/ha considerando los actuales márgenes y que sale de la peor cosecha gruesa de los últimos 25 años.
Cabe marcar que la soja no solo que tuvo sus niveles más bajos en años, sino que también se encontró con un precio internacional que perforó los U$S 500 por tonelada en el Mercado de Chicago, dejando aún con menos ingresos al país y a los productores.