Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), y en comparación del mismo mes, pero del año pasado, la actividad de la industria manufacturera PyME registró en febrero pasado una caída del 9,9% y una contracción del 7,7% en relación con enero último.
Febrero ha sido el tercer mes consecutivo en que la actividad cayó, aunque aminoró la tasa de retracción luego de haberse derrumbado 27% y 30% interanual en diciembre y enero, respectivamente.
En el primer bimestre del año, la industria PyME acumuló un desplome del 21,7%. Según la CAME, el nivel de uso de la capacidad instalada de las empresas fue en febrero del 70,9%, similar al de enero, y, si bien el 32,7% de las industrias siguen reportando problemas para la reposición de stock, “son dificultades de mucha menor escala que meses anteriores”.
En un contexto de elevada inflación (276,2% interanual en febrero), la entidad empresarial apuntó que “lo que más preocupó en febrero fueron las subidas de costos, especialmente en servicios y combustibles”.
”Las industrias consultadas manifestaron las dificultades que conlleva trasladar a precios esos incrementos en el contexto actual. A su vez, hay incertidumbre por el impacto que pudiera tener la apertura de importaciones en algunos sectores”, añade el informe.
La Unión Industrial Argentina (UIA) advirtió el pasado martes en un comunicado de la caída del mercado doméstico y del impacto del crecimiento de los costes que ha sufrido el sector manufacturero en los dos primeros meses del año.
La entidad reclamó al Gobierno de Javier Milei nuevos instrumentos de política industrial “para amortiguar el impacto en las PyMEs y en las economías regionales ante un escenario recesivo”.
El año pasado, la industria argentina acumuló una caída del 1,8%. Para 2024, consultores privados esperan que la contracción del sector manufacturero se mantenga en la primera parte del año con la posibilidad de que, si la economía logra encaminarse hacia la estabilización, repunte parcialmente hacia el segundo semestre.