La sequía sigue con los coletazos en las zonas más productivas del país, pero un nuevo pronóstico busca llevar alivio después de un inicio de año muy complicado con caídas importantes en la cosecha de soja. Las precipitaciones que se esperan para los próximos días, podrían mejorar el escenario del trigo.
Un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario puso el foco en la zona de la Pampa Húmeda que se integra en el Sur de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y el Norte de Buenos Aires. Allí, se registró una de las mayores pérdidas en la humedad del suelo que despertó la problemática en la soja y el maíz.
En ese sentido, el mes de mayo puede terminar con “lluvias muy importantes en gran parte de la región núcleo” y el documento señala que podrían “alcanzar a cubrir el 60 y el 70 por ciento de la región pampeana”.
“Se esperan por lo menos 20 mm y la cobertura alcanzaría al 60 o 70% de la región pampeana. La franja este, principalmente Buenos Aires y Santa Fe, sería la más beneficiada. El agua podría incluso llegar a Córdoba. Hay que seguir la dinámica de las próximas horas. Si bien es cierto que estábamos esperando más agua que lo que finalmente se registró el fin de semana pasado, el próximo evento está muy firme en los modelos numéricos predictivos”, señaló Alfredo Elorriaga.
Incluso, la Bolsa de Cereales enfatizó las proyecciones para la campaña fina 2023/24 se verá un estado de “La Niña” que evolucionará a “El Niño”, donde podría haber mejores precipitaciones y condiciones para el mes de junio.
Eduardo Sierra, Especialista en Agroclimatología, señaló que estas lluvias que se mueven en el mes de junio como lo que resta de mayo, “podrían mejorar las condiciones de humedad para la siembra de fina en el centro-este del área agrícola nacional”.
“En conclusión, se trata de un escenario de transición ya que el inicio de la campaña está marcado por reservas hídricas ajustadas, pero con posibles mejoras durante la primavera que podrían apuntalar los cultivos de esta nueva campaña de fina 2023/2024″, concluyó.
Previamente, desde Rosario anticiparon que la siembra de trigo mostraba una caída del 50% respecto a lo que ocurrió el año pasado, producto de la falta de agua en los perfiles. De hecho, si las condiciones se hubiesen normalizado en abril y con mayo con más tormentas “las proyecciones eran de una siembra récord, con casi 2 millones de hectáreas” para el próximo ciclo.
Pero con solo el 30% de las lluvias de abril, hasta la semana pasada el escenario para la siembra de trigo se presentaba como el más seco de los últimos 15 años. Se trataba de un escenario tan seco como en 2009 y sostuvieron que se iban reduciendo las áreas trigueras en la zona de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Solo un cambio en el escenario pluvial podría dar un giro en las decisiones de siembra y sumar más hectáreas de trigo en la región. Eso parece ser lo que está pasando: las lluvias del fin de semana sumaron entre 30 y 40 mm en el NE bonaerense y hay importantes lluvias pronosticadas para miércoles y jueves próximos.
“En trigo, lo mínimo requerido para sembrar es un 60% de agua útil en el suelo. Los técnicos recomendaban que al menos se dispusiese de un 50% para sembrar. Hoy en día, solo los alrededores de Rosario cuentan con ese porcentaje de agua útil. Pero si se concretan las lluvias pronosticadas, con más de 50 mm podría alcanzarse ese mínimo en el 75% de la región núcleo”, explica el informe.
Las condiciones económicas complican a los productores para la siembra
El foco está puesto no solo en las condiciones del suelo, sino también el sector macro como los precios de los campos y de los insumos para comenzar con la siembra.
“El precio del trigo está muy bajo, el número no cierra. Tendría que llover muy bien para que el productor se sienta seguro de apostar por el cultivo y hacerlo con buena tecnología. El productor está muy golpeado y por ahora está lejos de plantear una siembra con el nivel de insumos que sí utilizó en las anteriores campañas. Con los valores de alquileres (y el valor actual de la soja), en campo alquilado es muy difícil”, explican desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Por otro lado, está la falta de dinero y hay enorme necesidad financiera. Pero tomar la decisión de invertir y “enterrar plata” cuesta muchísimo en un año tan raro como este. Todos soñamos con un trigo de 40 quintales para esta campaña, pero no se planea nutrir al cultivo para que tenga las posibilidades de llegar a esos valores. Si lloviera como esperamos y pudiéramos estar por encima del 60% de agua útil, podría cambiar la situación. En el mejor de los casos estamos ahora en el 50% de agua útil y solo en el 1er metro del suelo”, agregaron.
Para comprender el por qué los asesores agrónomos hablan de que el número no cierra, hay que comparar los márgenes netos de mayo 2022 con la proyección de márgenes hecha al 15 de mayo de 2023. En un año, el trigo ha experimentado una caída de 158 u$/ha en campo propio y de 220 u$/ha en campo alquilado.