¿Se puede encontrar el amor en la era digital?

Como muchas otras áreas de nuestras vidas, internet revolucionó el universo de las relaciones amorosas. En pleno auge de las apps de conquista y los portales de citas online, una reflexión sobre las reglas que cambiaron y aquellas que la tecnología jamás logrará alterar. 

(Getty Images)
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Lo primero que debe subrayarse al hablar sobre relaciones es que construir una pareja sólida nace de una decisión. Ciertamente, esto no es algo más fácil ni más difícil de lograr ahora que antes. La diferencia es que hoy la tecnología es una nueva aliada: aporta herramientas que, bien utilizadas, pueden permitirnos encontrar el amor a cualquier edad desde la comodidad de un clic.

He sido usuaria de Match.com desde hace más de quince años. A través de este portal he tenido muchas y muy buenas citas. En mi libro Enredados, sexo, humor y amor en la web (2007) relataba cómo era vincularse con otras personas en tiempos del dial up. En ese entonces me miraban con curiosidad y muchas veces se reían de mis citas cuando hablaba acerca de ellas.

El tiempo ha pasado y esta manera de conocerse –muy extendida desde hace años en Estados Unidos y en Europa– ya es común también en América Latina. Tengo muchos amigos que se han conocido en el sitio y han formado familias felices. Hoy, uno de cada tres matrimonios nace en línea.

Lo que hasta hace unos años era visto como una "dificultad para vincularse" hoy es, por fortuna, aceptado socialmente sin los prejuicios de antaño. Las citas en línea son actualmente la segunda forma en que se vinculan hombres y mujeres heterosexuales y la primera en que lo hacen las personas gay.

El problema con las aplicaciones de citas es postergar demasiado el momento de conocerse en persona (Getty Images)
El problema con las aplicaciones de citas es postergar demasiado el momento de conocerse en persona (Getty Images)

Nuevos modelos, nuevos desafíos

En definitiva, la forma de vincularnos sentimentalmente ha cambiado de manera sustancial. Hace algunos años, pensar en formar pareja después de los 50 años era visto como una posibilidad remota. Actualmente, en un sitio web de citas la mayoría de los solteros (el 42%), se encuentra en el rango de 50 a 59 años, seguidos por personas de entre 40 y 49 años (29 %). Esto nos habla, inclusive, de un cambio social en relación con lo vincular. En los tiempos que corren, las personas suelen tener al menos dos parejas importantes durante el transcurso de su vida. Ya no todas las relaciones se encaran "para toda la vida" ni existe una edad determinada para encontrar el amor.

Mucho se habla acerca de la liviandad de los vínculos en esta era. En realidad, lo que se ha alivianado es el peso de los mandatos sociales. Han cambiado las estructuras y ahora son las personas las que eligen cómo desean vivir sus vidas. Muchas están decididas a comprometerse sentimentalmente, otras optan por ser single o por vincularse de manera abierta, por ejemplo.

Con frecuencia recibo consultas sobre la dificultad de "sentar cabeza" o de elegir una pareja estable en tiempos de las apps del amor. En todo caso, considero que formar pareja o no hacerlo tiene que ver con una decisión anterior a la de tener una relación con compromiso. Y a su vez, esto es independiente de la decisión de usar o no internet para conseguirla. De hecho, la mayoría de los usuarios de los portales asegura estar buscando una relación comprometida.

Apps de citas: los pros y los contras

Sea cual sea la elección personal, uno de los pros de ingresar al universo de los portales y aplicaciones de citas es que éstas nos instan a salir de nuestra zona de confort, nos permiten ampliar nuestro círculo social y encontrar una pareja duradera y a nuestra medida.

Además, como siempre digo, las parejas que nacen online duran más. ¿El motivo? Que nacen de elecciones premeditadas: cuando armamos un perfil en un portal de citas, estamos estableciendo las pautas de cómo nos gustaría –al menos de manera ideal– que fuera nuestro compañero.

Está comprobado que las parejas que nacen en línea logran un mayor nivel de satisfacción que aquellas que nacen en el offline. Un reciente estudio –realizado por Josué Ortega, de la Universidad de Essex, y Philipp Hergovich, de la Universidad de Viena–, sobre los lazos previamente ausentes en las sociedades modernas, reveló datos llamativos acerca de la solidez de los vínculos nacidos al calor de la web.

Los millennials están todo el día hiperconectados, y ese es ya su modo de vida (Getty Images)
Los millennials están todo el día hiperconectados, y ese es ya su modo de vida (Getty Images)

Entre otros puntos, los investigadores concluyeron que "la fortaleza de los matrimonios producto de citas online es mayor que la de los que se casaron por vía "tradicional". Las parejas que se conocieron virtualmente tienen un menor índice de divorcio y tienen menos chances de romper durante el primer año, según arrojó el trabajo.

Estos resultados tienen que ver con el modo de funcionamiento de las aplicaciones de citas online. La mayoría de estas trabaja con algoritmos que buscan las coincidencias entre los usuarios, lo cual asegura que al producirse el "match" o coincidencia entre dos usuarios, éste tenga un alto grado de efectividad.

En cuanto a los contras del mundo de las apps, en realidad tienen más que ver con el mal uso de la tecnología que con la tecnología en sí misma. Por ejemplo, el perpetuar una relación en línea sin pautar un encuentro en persona con el otro. O quedarse eternamente en la búsqueda ideal, con estándares de perfección inalcanzables. Estos obstáculos no son inherentes a la tecnología sino, en todo caso, a quien hace uso de ella.

Me parece que la gran frustración de la generación millennial es creer que hasta la construcción del amor debe ser inmediata. No es que a los millennials no les importe construir nada: es que no saben cómo. Pero como cualquier relación, sea de amistad, sea laboral, el amor se construye gradualmente. Y requiere energía y dedicación.