Hace ocho años atrás, cuando aparecieron las feroces inundaciones que golpearon Sierras Chicas, un cordobés prometió no sólo no olvidar aquel hecho que se llevó la vida de su hija, sino aprender de él y evitar casos similares. Se trató de Rafael Di Marco, quien actualmente se desempeña como meteorólogo.
Ocurrió el 15 de febrero del 2015, cuando los vecinos de Salsipuedes, Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo y Río Ceballos vieron desbordar los ríos. Ese día se cobraron 8 vidas y dejaron innumerables pérdidas materiales.
En un nuevo aniversario de ese hecho traumático, el padre de Mariana Di Marco, una de las víctimas, contó su historia en diálogo con Todo Córdoba. Ese quiebre en su vida lo hizo dar un salto en su situación laboral, transformando su dolor en una ayuda.
Luego de la muerte de Mariana Di Marco, su padre transformó el dolor en vocación
La muerte de su hija logró que Rafael comenzara a estudiar Meteorología para evitar futuras catástrofes naturales. “Desde el momento en que desapareció Mariana dije que no quería que a alguien le pase algo similar. Hoy trabajo para el Observatorio Metereológico de la Provincia de Córdoba. Le brindo información de las lluvias al Ministerio Público de la Provincia”, indicó.
No obstante, también realiza pronósticos para la parte privada. El cordobés, en base a lo que explicó, se metió en este mundo a pesar de que nada le devolvería a su hija, pero con la esperanza de evitar más muertes como la de ella.
“En aquella época no había lo que hay hoy, que tampoco significa que sea suficiente. En ese momento no funcionaban las estaciones de alerta temprana como ahora, no había una serie de ‘microembalses’ y tampoco canalizaciones de agua, que ayudan al escurrrimiento del agua. Por lo menos se ha avanzado y va mejorando, aunque no como yo quisiera”, comparó.
En este sentido, explicó que lo sucedido aquel 15 de febrero fue algo que estaba dentro de las posibilidades. Esto se debió a la falta de controles y de una meterología más regional, con mayor profesionalismo.