Festejando un título con Boca, gritando los goles consagratorios en la Bombonera o compartiendo un asado en Unión Florida, Ramón Ábila conserva su escencia. La del luchador de barrio que se proyectó a nivel nacional.
Wanchope, ya de vacaciones tras ganar la Superliga para el bicampeonato Xeneize, visitó el club en el que se inició, en el partido contra Independiente de Carlos Paz por la Primera B de la Liga Cordobesa, con triunfo del local por 1 a 0.
Firmó autógrafos, se sacó fotos con todos y para los juveniles del club fue un momento para el recuerdo. También estaba en la cancha otro ídolo de Instituto, Daniel Miliki Jiménez.
El goleador pasó de Unión Florida a Instituto, donde ganó figuración. Y no olvida a ninguno de los dos clubes, como lo referenció su amigo inseparable, Alejandro Acieto, quien fue su descubridor y primer DT: lo hizo debutar a los 15 años.