Por Alejandra Boldo.
¿Quién no se sintió, alguna vez, agotado por el trabajo? ¿Quién no terminó, alguna vez, con la cabeza quemada? Esa expresión se escucha muy a menudo y, a decir verdad, no es en sentido figurado. El síndrome de Burnout, o síndrome de la cabeza quemada, es un tipo de estrés laboral crónico, un mal de este signo, que afecta a más personas de las que se cree.
Este trastorno, descubierto en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger, consiste en un proceso paulatino por el cual las personas pierden interés en sus tareas y el sentido de responsabilidad, llegando incluso a sufrir profundas depresiones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró como un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida de las personas.
Para entender un poco más de qué se trata y cómo afecta la salud de las personas, Día a Día habló con tres especialistas. Todos coinciden en calificarlo como un momento de colapso emocional y físico relacionado principalmente con el ámbito laboral.
Mauricio Strugo, psicólogo y terapeuta familiar, describió al desorden como un estado de agotamiento emocional, mental y físico causado por un estado de estrés excesivo relacionado al mundo laboral. "Sucede cuando la persona se siente abrumada e incapaz de satisfacer las demandas constantes de su trabajo", agregó.
Respecto de las causas que generan este síndrome, el psicólogo y director de Decidir Vivir Mejor, Santiago Gómez, explicó que pueden ser una carga horaria laboral excesiva, las exigencias y presiones laborales, problemas económicos, incertidumbre y una expectativa ansiosa frente al futuro, entre otras.
Las personas más propensas a sufrir esta alteración son aquellas que buscan la perfección en todo lo que hacen, los más exigentes y de baja tolerancia al error y los impacientes o que no pueden delegar tareas. Aunque Pablo Hirsch, médico especialista en psiquiatría, aclaró que también pueden verse afectados aquellos individuos incapaces de poner límites, presionados por el logro o con grandes dificultades para relajarse y descansar.
Que vengan los bomberos
Para los expertos, aprender a manejar el estrés es fundamental para poder evitar y revertir las consecuencias que este tipo de trastornos provocan en la salud de las personas.
En ese sentido, Strugo recomendó generar espacios, desde las direcciones, para el cuidado de los empleados, como tiempos de descanso, trabajo por objetivos y lugares de esparcimiento. "Por el lado del trabajador, yo diría que lo importante es trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Hay que saber manejar la exigencia y la responsabilidad para no dejar la vida en el trabajo", opinó.
Hirsch coincidió en la necesidad de incorporar talleres y seminarios destinados a brindar herramientas para el manejo del estrés. "A nivel individual, lo óptimo sería equilibrar las diferentes áreas de la vida, No descuidar los afectos, las amistades, distracciones, la sexualidad, el cuidado de la salud", expresó.
Para Gómez, evaluar los factores laborales que están generando el síndrome es un buen punto de partida para tomar medidas resolutivas. "También hay que aprender a delegar tareas y a decir que no. Y no descuidar la vida social y los afectos, además de mantener una alimentación saludable y actividad física", añadió.
Mamás quemadas
El cuidado constante de los niños puede llevar a muchas madres a sufrir este síndrome. Incluso, los especialistas advierten sobre el creciente aumento de madres agotadas que padecen Burnout. Aunque no es nada nuevo, ante la mayor participación laboral femenina en el mercado laboral formal, esta situación se hace más evidente.
Atender varias cosas a la vez, como criar a los hijos, trabajar y realizar las tareas del hogar, suele ser la principal causa de este trastorno. Gráficamente, ellas se sienten desbordadas y agotadas. Y la carga excesiva de responsabilidades genera cambios en el estado de ánimo, como mal humor, tristeza, cansancio, enojo, desesperación.
"Por más que en una pareja ambos trabajen, la parte relacionada a lo organizativo de la familia y del hogar siempre termina recayendo más sobre la mujer. Eso, sin dudas, genera agotamiento y una sensación de hartazgo y desesperanza", explicó Strugo.
Así las cosas, las llamadas "mujeres orquestas", se llevan la peor parte. Para Gómez, además de los estresores del trabajo que provocan el agotamiento mental, la mujer tiene diferentes roles (madre, pareja, ama de casa, deportista) que contribuyen al cansancio extremo.
Hirsch, por su parte, advirtió que las mamás con rasgos perfeccionistas tienen mayores probabilidades de tener Burnout, aunque la maternidad no es condición para padecerlo.
Más allá de las particularidades, los especialistas aclararon que este síndrome lo puede padecer cualquier persona expuesta de forma sostenida a factores de estrés. No es una cuestión de género u ocupación, sino de la exigencia del contexto y el modo en que cada persona responde a determinados estresores crónicos.
Todas las personas son potenciales víctimas de este desorden sino se toman las medidas necesarias para prevenirlo.
Síntomas
» Fatiga crónica
» Ansiedad
» Depresión
» Frustración
» Desanimo
» Apatía
» Mal humor
» Aislamiento
» Trastornos del sueño
» Problemas gastrointestinales
» Dolores articulares y de cabeza
Consecuencias
» Este tipo de trastorno puede dar lugar a otros más graves que requieren de un tratamiento médico.
» Otro efecto puede ser la disminución del rendimiento y capacidad laboral.
» Puede aumentar el riesgo de consumir sustancias nocivas.
» El estrés conlleva un descenso de las defensas que puede generar algún tipo de enfermedad física.
Cómo combatir este síndrome
* Realizar pausas durante la jornada laboral.
* Dedicar tiempo al ocio.
* Practicar técnicas de relajación.
* Cambiar algunas tareas rutinarias.
* Escuchar música relajante.
* Hacer terapia individual o grupal.
* Tener, como mínimo, dos semanas de descanso al año.
Qué es
El síndrome de Burnout es la respuesta extrema al estrés crónico originado por el trabajo.