Con el imponente marco del paisaje antofagasteño dio inicio esta mañana la feria puneña más antigua de Argentina, pues alcanza su vigésima novena edición, creciendo año a año gracias al trabajo sacrificado trabajo de los productores de camélidos y de la especializada asistencia técnica. En torno a ello, la calidad genética de los animales ha mejorado de tal manera que los ejemplares catamarqueños logrando calificarse campeones en sus distintas categorías por 16 años consecutivos en la Exposición de Palermo, en Buenos Aires. También esto es el resultado de un sacrificado trabajo de los ganaderos puneños que soportan la furia del viento y el intenso sol de las alturas.
La Feria Ganadera y Artesanal de la Puna, que se realiza todos los años en la Villa de Antofagasta de la Sierra, es organizada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, con el importante acompañamiento de la Municipalidad local y el auspicio del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Las actividades ganaderas, que se concentraron en el predio de la Subestación Experimental de Altura de la Dirección Provincial de Ganadería en su primer día y concluirán el domingo, incluyen propuestas ganaderas, artesanales, culturales, gastronómicas y turísticas.
El programa dio inicio en las primeras horas de la mañana en predio ferial, con la admisión de los ejemplares que llegaron desde alejados parajes del departamento Antofagasta de la Sierra con la invalorable tarea de los técnicos y empleados de Ganadería. Vale remarcar que en el proceso que se realiza para la selección y clasificación de los animales para el Concurso Ganadero que premiará a los mejores este sábado, se tienen en cuenta tanto la calidad de la fibra y la uniformidad del vellón, así como el sexo y otras características morfológicas y otras no deseables que puedan transmitirse a la descendencia. Esto es con la finalidad que los productores presenten en el Concurso a aquellos animales destinados a la reproducción y que así procuren durante todo un año trabajar en la genética para alcanzar una mejor calidad.
La Feria de la Puna es precisamente, eso: impulsar un importante trabajo para la mejora de la especie y fomentar su producción para el aprovechamiento doble propósito, aunque poniendo especial atención a la fibra para el tejido de valiosas piezas artesanales. Además, año a año los pobladores muestran mayor compromiso para atender al visitante, que se llegan a este alejado lugar desde otros puntos de la provincia de Catamarca, como del país y del extranjero. A su llegada, el turista se encuentra con paisajes tan indescriptibles que ni el lente de una cámara puede reflejarlos en su magnitud y con los hilados y tejidos artesanales realizados por las manos más laboriosas de la puna.