Como viene ocurriendo hace varias semanas, los integrantes de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) interrumpirán el servicio en todas las líneas de subte este martes con el fin de reclamar una reducción de la jornada laboral, por la exposición de los trabajadores al asbesto, y la reapertura de paritarias.
“Los metrodelegados informamos que, debido a la negativa por parte de EMOVA, SBASE y la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires a abrir la mesa paritaria para discutir condiciones laborales y salariales. Nos vemos obligados a anunciar el siguiente cronograma de medidas de autodefensa para el día martes 23 de mayo”, anunciaron en un comunicado de prensa.
Y siguieron: “EMOVA responde a los reclamos mintiendo a los usuarios al afirmar que el subte es un lugar seguro. Mientras a las y los trabajadores les descuenta ilegalmente días trabajados y aplica sanciones ilegítimas e ilegales con el objetivo de acallar el reclamo. No lo lograrán. La pelea es por nuestra salud y nuestras condiciones de vida”.
En un comunicado gremial, se anunció que las medidas se toman debido a la “negativa” de la empresa concesionaria Emova, la firma estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) y la Subsecretaría de Trabajo porteña de “abrir la mesa para discutir condiciones laborales y salariales”, en la continuidad de una serie de medidas de protesta que vienen llevándose a cabo en los últimos meses.
“Las y los trabajadores del subte venimos reclamando la reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales para tener dos francos y disminuir nuestra exposición al material cancerígeno asbesto”, argumentaron sobre la medida.
Por su parte, Emova señaló que continúa “manifestando su disposición al diálogo”, pero advirtió que “la reducción de la jornada semanal de 36 a 30 horas resulta inviable sin afectar las actividades de operación de la red de subte”.
También consignó la empresa que los “15 paros que iniciaron el 29 de marzo fueron acompañados por bloqueos y aperturas de molinetes, en las que participaron personas que se ausentaron de sus tareas, por lo cual tuvieron los descuentos a los que hace referencia el gremio, en la liquidación de haberes del mes de abril”.
Cómo será el paro de subte
- Línea H, de 5.30 a 9;
- Línea B, de 9 a 12;
- Línea C, de 12 a 15;
- Línea E y el Premetro, de 15 a 18;
- Línea A, de 18 a 21;
- Línea D, de 21 a 24.
Qué es el asbesto
El amianto o asbesto, un elemento invisible e inoloro hallado en los coches CAF 5000 que el Gobierno porteño compró a España para la línea B del subte, es un peligro imperceptible y su fabricación y uso fue prohibido por el Ministerio de Salud nacional en 2003 debido a que cuando sus fibras se esparcen en el aire provoca enfermedades fatales, entre ellas cáncer.
Sin embargo, como se lo utilizó durante décadas como aislante, sigue presente en muchos lugares. Hace doce años, una investigación del INTI lo detectó en el 15% de las muestras tomadas en 30 edificios, la mayoría de Capital y conurbano.
Por sus propiedades aislantes y sus resistencia al calor y el fuego, el amianto o asbesto tiene miles de aplicaciones, desde pastillas de frenos, hasta guantes o tablas de planchar. Y fue muy empleado en la construcción, sobre todo como componente del fibrocemento, y aislante de cañerías y de calderas.
Ante evidencias de que el amianto era dañino, su uso se fue restringiendo en todo el mundo. En la Argentina, el Ministerio de Salud sacó resoluciones vedando algunas de sus variedades en 2000 y 2001 y en 2003 prohibió totalmente su producción, importación, venta y uso. En 2005, una ley porteña reafirmó la prohibición en la Ciudad.
El gran peligro de este material aparece con el paso del tiempo, especialmente cuando se descompone y entra en contacto con el aire. Las fibras son huecas y livianas, por lo que se mantienen en el aire, y una sola de ellas puede enfermar.
Los síntomas pueden tardar entre 30 y 40 años en aparecer y causan fibrosis, una enfermedad que lleva a la muerte por insuficiencia respiratoria, o cáncer de pulmón.
La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo mueren 100.000 personas al año por causas relacionadas con el amianto. Los más afectados suelen ser los trabajadores que están en contacto continuo con el material. De ahí la preocupación que hay entre el personal del subte.