Oscar García Rúa, el paciente con Covid-19 a quien un juez había autorizado para recibir dióxido de cloro, murió este lunes en el Sanatorio Otamendi y ahora la familia denunciara por “homicidio culposo” a la clínica, debido a que denuncian que se demoraron en aplicar el tratamiento. Asimismo, el abogado Martín Sarubbi sostuvo que el hombre de 92 años falleció por una “infección intrahospitalaria”.
“Este hombre termina falleciendo no a causa del Covid sino a causa de una infección intrahospitalaria”, dijo Sarubbi en declaraciones a “Arriba Argentinos”, que relacionó la muerte del paciente con la demora en la aplicación del tratamiento autorizado por la Justicia. “No debieron demorar 48 horas”, señaló.
Y agregó: “El médico tratante recomendó hacer el tratamiento paliativo de dióxido de cloro e ibuprofeno inhalado. Frente a esto y el Sanatorio Otamendi se negó. Entonces se interpuso un recurso de amparo para que la Justicia autorice el avance”.
Sobre el suministro de dióxido de cloro al paciente, el letrado sostuvo que “frente al tratamiento hubo una notable mejora” al indicar que “comenzó a saturar correctamente”. A su vez, insistió en que “murió por una infección intrahospitalaria, pero es materia de investigación”.
Además, el abogado advirtió que pedirán el “allanamiento del sanatorio para secuestrar la historia clínica”.
“No estamos haciendo ninguna cruzada en contra de la vacuna ni contra ninguna institución. Lo que sostenemos es que hay otros tratamientos alternativos que, por ejemplo, en este caso concreto tuvieron efectos beneficiosos”, sentenció Sarubbi, que remarcó que “existe una resolución del 2019″ de la ANMAT que “autoriza excepcionalmente tratamientos a los efectos humanitarios y paliativos”.
Pedido de autorización
Según el fallo judicial, el pasado 7 de enero, un día después de que su madre falleciera también con coronavirus, Lorenzo -hijastro del paciente- presentó una medida cautelar, que posteriormente fue apelada por la clínica, para que el Sanatorio Otamendi proveyera “con carácter urgente” el tratamiento al marido de su madre, Oscar García Rúa, paciente de Covid-19 en estado “grave” con “compromiso pulmonar severo” y con saturación de hemoglobina.
El neurocirujano Dante Converti, médico ajeno al sanatorio en el que estaba internado el hombre y especialista en medicina biológica, había expresado que el paciente “se encuentra en muy grave estado de salud”, por lo que se solicitaba la “autorización de manera muy urgente” para el tratamiento con dióxido de cloro, un aviso que el juez definió como “categórico y determinante”.
A la hora de hacer lugar a la petición y rechazar el recurso del centro hospitalario, el juez Pico recordó la adhesión de Argentina a tratados internacionales de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que reconoce el derecho de todas las personas a disfrutar del “más alto nivel posible de salud física y mental”, y el deber de los Estados partes de procurar su satisfacción.
“Así y todo, a pesar de la existencia de la manda judicial, el Sanatorio Otamendi siguió dilatando el tratamiento”, remarcó este martes el abogado.
Los peligros del dióxido de cloro
Durante la pandemia del coronavirus se promocionó a través de las redes sociales e interner el consumo vía oral de soluciones de dióxido de cloro para el tratamiento o la prevención de la infección por coronavirus.
Sin embargo, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como autoridades sanitarias de diversos países alertaron de sus peligros para la salud.
La OMS avisó que no hay evidencias de que sea eficaz para uso médico, no solo para tratar el coronavirus sino cualquier otra enfermedad.
Asimismo, en agosto de 2020, el Ministerio de Salud emitió un comunicado en el que remarcó que la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de Covid-19 u otras enfermedades “no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte del ministerio para su comercialización y uso”.
“La ingesta de dióxido de cloro puede causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”, especificó la cartera de Salud.