Los "limpiavidrios" y "trapitos" que se instalaron en distintas zonas de la Ciudad de Buenos Aires podrán ser penados con multas, días de trabajo de utilidad pública o arresto si el jueves la Legislatura porteña trata y aprueba modificaciones al Código Contravencional.
De ser aprobado, el proyecto sanciona a quien "ofrece o presta de manera directa o indirecta, servicios de estacionamiento, cuidado de coches o limpieza de vidrios" con penas de uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o multa de 150 a 1.500 unidades fijas, teniendo cada una de estas el valor de medio litro de combustible de alto octanaje.
Además, se prevé que cuando la conducta "esté basada en la desigualdad de género" la pena se eleve al doble y cuando exista "organización previa, la sanción para los partícipes es de cinco a quince días de arresto y se eleva al cuádruple para los jefes y/o coordinadores".
En caso de tratarse de un estadio y probarse la participación directa o indirecta de personas vinculadas al club, institución u organizador, se sanciona a la entidad con multa de 5.000 a 10.000 unidades fijas y clausura de sus instalaciones.
Si en algún caso se comprobara la connivencia policial, el funcionario deberá ser sometido a sumario administrativo y su posterior exoneración.
El proyecto enviado por el Ejecutivo porteño fue objetado públicamente por la mayoría de las bancadas opositoras -que incluso presentaron un dictamen en minoría para rechazar la iniciativa- y, además, pareció ser motivo de discordia en el seno del bloque oficialista ya que, aún hoy se desconoce si contará con el apoyo de los diputados de la Coalición Cívica.