Paola Nucci, una bahiense de 34 años que está embarazada de su primer hijo, contrajo COVID en los últimos días y debió ser internada en el Hospital Privado del Sur. Su estado es crítico, informaron sus familiares.
Tal como publica el diario Infobae, el marido de Paola fue quien comenzó con síntomas y tras hisoparse dio positivo de COVID. Unos días después, Paola y su padre también comenzaron con síntomas y su posterior diagnóstico también fue coronavirus.
“Los tres la íbamos llevando bien, hasta que mi hija empezó con el calvario de que se ahogaba”, contó Salvador, padre de Paola, al tiempo que agregó: “Todos perdimos el gusto y el olfato. Creo que en mi caso, la vacuna atenuó el impacto, pero el médico me dijo que las cepas nuevas les pegan muy fuerte a los jóvenes y, en especial, a las mujeres embarazadas”.
Los ahogos de Paola cada vez eran más severos, así que su marido la llevó al Hospital Privado del Sur, donde estuvo internada dos días con oxígeno. Sin embargo, su cuadro se agravó y los médicos decidieron intubarla.
“Hace una semana que está intubada. Está tratando de sobrevivir, porque tiene una neumonía bilateral importante. Cuando entré a Terapia, me arrodillé porque me quebré al verla. Pregunté por ella y me dijeron que estaba frente a mí: no la reconocí por todo el equipo médico al que está conectada. Traté de que me escuche, le hablé... le pedí que tenga fuerzas para salir adelante por ella y por su hijo”, afirmó el padre de la mujer internada.
Cada mediodía, Salvador recibe los partes médicos de su hija de manera telefónica y, a pesar de que en su empleo le permiten trabajar desde su casa, prefiere ir y cumplir con su jornada laboral de doce horas para tener la cabeza ocupada y no desmoronarse.
“Recibir los partes diarios es muy difícil, pero todo los días veo como en el Hospital le ponen todo para que mi hija pueda salir adelante. Rezo y muchísima gente nos ayuda haciendo cadenas de oración. Eso hace que me ponga en positivo y creo que va a salir bien. Es muy duro, porque es un cuadro muy complicado. El médico terapista me dice que, cada día que pasa, es un día ganado. Buscan salvar a las dos vidas, la de mi hija y la de mi nieto. Confío en los médicos, porque en el país tenemos excelentes profesionales y, sin nada, hacen un montón de cosas”, destacó.
Salvador contó que cuando Paola entró a Terapia Intensiva estaba muy asustada, porque tenía mucho miedo de perder a su bebé. Ella misma, le mandó un mensaje a su papá para avisarme que la iban a intubar y le dijo que sería solamente por 3 o 4 días.
“Me dijo por WhatsApp que nos quedáramos tranquilos, porque su ginecólogo le había hecho escuchar los latidos del bebé y estaba bien. Por eso, creo que la sedación la tranquilizó, ya que sabía que su hijo estaba bien. Es su primer bebé: lo quería, lo soñaba y siempre se lamentaba que su mamá no fuera a conocerlo”, indicó.
“Esto me cambió la vida. Venimos de un golpe grande, porque mi señora falleció hace dos años y, con mis tres hijos, nos estábamos tratando de reponer. Ahora, nos golpea lo de Paola, algo inesperado y que me tiene muy mal. A la noche, no duermo y me quedo temblando: tengo miedo que suene el teléfono y me den una mala noticia. Además, tengo que contener a mis otros hijos y a mis tres nietos... Hay un montón de factores que hacen que uno se desborde”, dijo.
“Cuando salga del hospital, la voy a abrazar con todas mis fuerzas y le voy a decir que la voy a amar toda la vida. Trabajo doce horas por día y ahora llego a mi casa, abro la puerta y mi hija no está. Quiero que disfrute más de todo, y que se preocupe solo por ella y su familia. Es un sol, es emprendedora y una luchadora. Siempre está estudiando y buscando alternativas, pero todo el tiempo está preocupada por los demás. Por sus hermanos, por su abuela, por su marido, por su bebé, por sus amigos, por mí... La pérdida de su madre fue terrible para ella y ahora tenía mucho miedo que la abuela o yo nos contagiásemos, porque somos de riesgo, pero... ¡mirá lo que pasó!”, se lamentó.
Fuente: Infobae