En 2001, Carlos Iucci abandonó la Argentina y se mudó a Italia, pero nunca vivió algo cómo lo que está viviendo ahora en el país europeo por el coronavirus. Nació en Santa Fe, pero vivió muchísimos años en Azul. El argentino relata en primera persona cómo es vivir en cuarentena en Cesena, una ciudad de cien mil habitantes en el norte de Italia, la zona más golpeada del viejo continente por el COVID-19.
"No es fácil la vida en Italia hoy en día con el coronavirus, por suerte el pueblo está tomando conciencia de lo que es este problema. La vida cotidiana es un poco aburrida, pero nos estamos acostumbrando. Se puede salir únicamente para ir al supermercado o la farmacia, inclusive aconsejan no salir en bicicleta porque si uno tiene un accidente no lo pueden atender", asegura Carlos en diálogo con Vía Azul, y agrega: "Se puede caminar, pero hay que justificar porqué y la policía te controla. La gente igual comprendió el problema y se queda en casa., que es la única solución por ahora. Está todo cerrado menos las fábricas, farmacias y supermercados".
"Las escuelas, las universidades, bares, restaurantes, teatro, el deporte está todo parado. Estamos en un promedio de 200 muertos por día. Los muertos generalmente son gente muy mayor, en un promedio de 80 años y con patologías existentes", relata el azuleño por adopción, quién cuenta que para entrar a las farmacias hay que hacerlo de a una o dos personas por vez para mantener distancia.
"Se ve poquísima gente por la calle, pocos autos, poco movimiento en general. En grandes ciudades como Milán o Roma están prácticamente desiertas. Se ve muy poca gente en la calle, los colectivos van vacíos y muy pocos autos circulando. La gente está cumpliendo con lo que dicta el gobierno. No se sabe cuánto va a durar esto, no tenemos la más mínima idea pero va a llevar a parar a casi todo. Cerraron el aeropuerto local de Milán, que equivale al aeroparque de Buenos Aires. Casi todas las aerolíneas ya no vienen, ni parten desde Italia", explica Iucci sobre la situación actual en el país europeo, que se convirtió en el foco más grande de coronavirus afuera de China.
"No hay desabastecimiento, lo único que no se consigue en el supermercado es alcohol en gel o los barbijos. Lo demás se consigue todo. Al principio la gente arrasó los supermercados pero ahora no tanto porque se consigue todo. En Cesena, en la región de la Emilia-Romagna donde yo vivo, no ha habido tantos casos de coronavirus como en otras ciudades. Gracias a dios, el servicio sanitario que tenemos está considerado uno de los mejores de Europa y es una fortuna tener todo eso disponible", reflexiona el argentino.
Al ser consultado sobre cómo se imagina la cuarentena en una ciudad como Azul, Iucci asegura que "en una ciudad como Azul va a ser menos complejo, por ser una ciudad chica, porque la gente lo va a entender. Y la única solución es cerrar el comercio, y que queden abiertos los supermercados y las farmacias. La gente tiene que permanecer en casa porque el contagio es sumamente veloz".