Días atrás llevó a cabo la inauguración de su nuevo local, y ahora propio, la firma de Arroyito Ossados Jeans & Complements, ubicado en una de las esquinas tradicionales de nuestra ciudad como es Rivadavia y Manuel Belgrano.
La firma funcionaba en otras de las esquinas emblemáticas de Arroyito como lo es San Martín y Manuel Belgrano, pero en este caso se mudó a la nueva dirección con la particularidad que la fachada del edificio se mantiene como lo era una fachada icónica de los antiguos Aserraderos Bianchi.
Quién estuvo a cargo de la obra es la arquitecta Lucía Luna con quien Via Arroyito dialogó para saber más, “fue una construcción aproximadamente del siglo XX, entre 1912 y 1915, correspondiente a la casa y aserradero de Pacífico Bianchi, construido en ladrillos con junta a la cal, techos con estructura de madera y tejuelas de ladrillo. En su fachada todavía puede evidenciarse el diseño en tramos, con terminaciones en cornisa de balaustradas y molduras en el recorrido de sus dos frentes”.
Por allí pasaron varios locales bailables que seguramente traerán recuerdos “Katmandú”, “Claxon” y más acá en el tiempo “Club 99″ que tuvo su última noche el viernes 19 de Julio de 2019. Agregaba lucía “El edificio original era de mayores dimensiones de lo que podemos ver en la actualidad en su fachada. Con el paso de los años se fue demoliendo, quedando solo la fachada en esquina, que, a su vez, se fue modificando. En su interior ya no quedaban muros de distribución originales, sólo la fachada del frente, principal protagonista del centro de la ciudad”.
Luna comentó “como arquitecta, esta obra presentó un gran desafío personal y profesional. Se trabajó muchísimo en el estudio con los clientes/propietarios, durante varios años, para poder llegar al proyecto que hoy se materializó. Es por eso, que antes de comenzar el trabajo en obra, se realizó una investigación estructural, para preservar, de la mejor forma, su arquitectura. Es ahí donde se llegó a la conclusión de que debía realizarse una demolición del techo original, por encontrarse en un avanzado estado de deterioro. Para esto, se debió tener especial cuidado en los trabajos previos, para poder realizar la preservación de la fachada existente como parte de la fachada del nuevo edificio.
“El nuevo proyecto, parte de la base de rescatar la fachada principal del edificio, refuncionalizando su interior. Para esto se diseñaron dos locales comerciales, uno más grande, que abarca la totalidad de la fachada histórica, y uno más chico, en la parte restante del sitio. Se mantuvo el patio original que tenía la construcción anterior, por lo que dichos locales tienen ventilaciones y aperturas al mismo.
“La mayor intervención en la fachada se realiza con el objetivo de que fuese funcional al nuevo uso del edificio, sin perder su máxima expresión. En donde estaban las ventanas anteriores, se abrieron vanos más grandes, para que pudiesen servir como vidrieras a nivel del peatón. En particular, algo clave para distinguir esta fachada, fue su terminación exterior. Dado que los ladrillos ya presentaban un grado de deterioro avanzado que no permitían quitar la pintura sintética que tenían aplicada, fue imposible dejar su superficie como terminación en ladrillo visto, debido a su fragilidad”.
Por último Lucía agregó “la elección del color fue clave, trabajo realizado en equipo, donde se buscó un color que presente un cambio rotundo en la funcionalidad (ya que esa esquina era recordada por ser un boliche). La elección de la iluminación exterior hace resaltar aún más su posición, con artefactos ubicados a nivel de vereda, que iluminan con un haz de luz desde abajo, la inmensidad de la fachada. Con estos detalles se logró imponer a la fachada nuevamente en el centro comercial”.
“Cabe destacar la voluntad y el coraje de los clientes/propietarios en esta obra, ya que ante el gran desafío económico de conservar una fachada historia, decidieron continuar adelante con el proyecto de revalorización de esta esquina icónica para la ciudad, en tiempos donde no fue fácil afrontar la decisión de una construcción. Como arquitecta siento un gran orgullo por este proyecto. Muchas personas pasaron por esta obra, empresas constructoras, ingenieros, albañiles, plomeros, electricistas, que acompañaron con la mejor predisposición para llevar a cabo el objetivo”.
