El movimiento social contra el racismo “Black Lives Matter” (”Las vidas negras importan, en inglés), impulsado en los Estados Unidos tras la muerte de un ciudadano afroamericano en manos de un policía blanco en 2013, fue nominado al premio Nobel de la Paz.
La presentación fue realizada por el diputado socialista noruego Petter Eide y el plazo para realizar las candidaturas finaliza este domingo.
“Cuando me puse a pensar qué había sido lo más importante que había ocurrido el año pasado en cuanto a paz y conflicto, pensé en ‘Black Lives Matter’. Es un movimiento global muy importante que me impresionó mucho”, declaró este sábado al diario Klassekampen Eide.
El parlamentario por el Partido Socialista destacó que el Comité Noruego del Nobel tiene una tradición de vincular el antirracismo con el trabajo por la paz, ya que el racismo “crea conflictos entre países”.
El movimiento empezó en 2013 siendo un hashtag en las redes sociales, un año después de la muerte de Trayvon Martin en Florida, un joven negro de 17 años, que murió en 2012 en manos de George Zimmerman, un guardia de vigilancia de Sanford, cuando regresaba caminando de la casa de la pareja de su padre. Zimmerman reconoció que le disparó a Martin alegando defensa propia, pero fue absuelto tras un mediático juicio.
Según el testamento de Alfred Nobel, el magnate sueco que instituyó los premios que llevan su nombre, pueden designar candidatos al galardón de la Paz catedráticos de universidad en Derecho, Historia y Ciencias Políticas, parlamentarios, antiguos laureados y miembros de tribunales internacionales, entre otros.
Sólo si quienes proponen a una persona u organización lo hacen público se puede conocer la identidad de los candidatos, ya que el Comité Nobel noruego únicamente publica el número total de aspirantes y no confirma los nombres hasta 50 años después.
Hasta lo que se sabe, fueron nominados este año, por diputados noruegos, el movimiento boy scout, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI).
La red de verificación de la veracidad de noticias El International Fact Checking Network, la periodista filipina María Ressa, la asociación Reporteros sin Fronteras, el colectivo Hongkong Free Press, la opositora bielorrusa Svetlana Tikhanovskaja y la asociación independiente de jueces de Polonia figuran también entre los candidatos propuestos.
Los Nobel se deciden cada año en octubre y se entregan el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su fundador, en una doble ceremonia: en el Ayuntamiento de Oslo (Noruega), para el premio de la Paz, y en el Konserthus de Estocolmo (Suecia), para los otros cinco galardones.
El ganador en 2020
El Nobel de la Paz del año pasado fue para el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, con el objetivo de prevenir su uso como arma de guerra y contribuir a mejorar las condiciones para la concordia en áreas en conflicto.
La ceremonia, al igual que la de Estocolmo, fue reducida a un acto virtual por las restricciones a causa de la pandemia de coronavirus. El director ejecutivo del PMA, David Beasley, recibió el premio en la sede de esa organización en Roma (Italia).
Actualmente, el PMA, que se define como la organización humanitaria líder en la lucha contra el hambre, asiste a 86,7 millones de personas en 83 países todos los años, en un mundo donde una de 10 diez personas no accede a alimentos.
Según datos oficiales, el programa cuenta con 5.600 camiones, 20 barcos y 92 aviones en movimiento, que entregan alimentos y distintos tipos de asistencia todos los días. Cada año, distribuye alrededor de 15.000 millones de raciones, con un costo estimado por ración de 31 centavos de dólar estadounidense.
Los esfuerzos del PMA, que se financia en su totalidad con donaciones voluntarias, se focalizan en la “asistencia frente a emergencias, el alivio y la rehabilitación, la ayuda para el desarrollo y las operaciones especiales”. La mayor parte de su trabajo tiene lugar en países afectados por conflictos, donde las personas presentan tres veces más probabilidades de sufrir desnutrición que aquellas que viven en naciones donde no hay problemáticas que amenacen su subsistencia.
Con información de EFE.