En medio del repunte de casos de coronavirus en Irak, el embajador del Vaticano en ese país, Mitja Leskovar, dio positivo por coronavirus. Según informaron fuentes de la nunciatura, el diplomático tiene síntomas leves y se encuentra en buen estado de salud.
En la Santa Sede, se encendió la alarma porque el papa Francisco llegará en unos días a esta nación y temen que el momento no sea el más adecuado para viajar. Por este motivo, varios especialistas le recomendaron al Sumo Pontífice cancelar su visita.
Sin embargo, el viaje de Francisco sigue en pie, a una semana de su histórica visita, que durará tres días e incluirá encuentros con referentes políticos y religiosos. “El acontecimiento no tendrá ningún impacto en la misión”, informaron desde el Vaticano.
Tanto el Papa como todos los periodistas y clérigos que lo acompañarán se vacunaron previamente contra el Covid-19, ya que en Irak el brote aún no está controlado y aún espera la llegada de las primeras vacunas. De hecho, las autoridades decretaron medidas de confinamiento para frenar la nueva ola del virus, que ya dejó acumula 692.000 contagios y más de 13.300 muertes.
En las últimas semanas, la nación registró cerca de 4000 positivos por día, lo que llevó al Gobierno a implementar una nueva cuarentena y un toque de queda a mediados de febrero. Se cerraron escuelas y mezquitas y los restaurantes y las cafeterías atienden con pedidos para llevar.
Expertos en enfermedades infecciosas expresaron su preocupación, ya que consideran un riesgo el viaje de Francisco a Irak, dado el brusco aumento de los casos en el país, con un frágil sistema de salud, donde, además, probablemente, será inevitable controlar a las multitudes que se juntarán para saludarlo.
“Simplemente no me parece buena idea”, opinó la doctora Navid Madani, viróloga y directora fundadora del Centro para la Educación de Ciencias de Salud en Oriente Medio y Norte de África, dependiente del Instituto Dana-Farber contra el Cáncer de la Facultad de Medicina de Harvard.
Madani, nacida en Irán, coescribió un artículo en la revista científica The Lancet el año pasado sobre la dispar respuesta de la región al Covid-19. En su escrito, describió que Irak, Siria y Yemen están poco preparados para abordar la emergencia sanitaria dado que aún sufren insurgencias extremistas y tienen a 40 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria.
Asimismo, la especialista señaló que el entusiasmo entre los iraquíes por recibir a un líder como Francisco, que llega a una zona del mundo abandonada y desgarrada por la guerra, puede provocar violaciones involuntarias de las medidas y los protocolos contra el virus.
El médico Bharat Pankhania, experto en enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, se mostró de acuerdo. “Es una tormenta perfecta para generar muchos casos que no podrán gestionarse”, señaló. “Estamos en medio de una pandemia. Es importante transmitir los mensajes correctos: cuantas menos interacciones con otros seres humanos, mejor”, expresó.
Los organizadores de la visita del pontífice prometieron imponer el uso de tapabocas, el distanciamiento social y una serie de límites de aforo en los eventos papales. Por su parte el Vaticano tomó sus propias precauciones.
Con información de AP y Télam.