Para el tributarista César Litvin el proyecto de mejora de Ganancias, impulsado con bombos y platillos por su autor, el diputado Sergio Massa, en este año electoral, es “un simple analgésico” que no supone una modificación con una mirada de largo plazo sobre este impuesto.
En diálogo con Vía País, el profesor de Teoría y Técnica Impositiva de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostuvo que la iniciativa, que se debate en la Cámara de Diputados, debería considerar una actualización semestral y no anual del mínimo no imponible, debido a la alta inflación, y que este ajuste sea por inflación, no por el índice salarial del Ministerio de Trabajo (Ripte).
Litvin señaló, además, que debería incluirse en el beneficio a los trabajadores autónomos, que a diferencia de los asalariados no tienen vacaciones ni aguinaldo ni indemnización por despido, y no están exentos de Ganancias, como los monotributistas.
—¿El proyecto de Ganancias una reforma o un parche?
—Es un alivio transitorio. Para ser un remedio más eficaz deberían contemplar algunos otros aspectos. Por ejemplo, que hay un escenario de alta inflación y que esto genera que el trabajador, cada vez que va al supermercado, gasta dinero y, justamente, todas las deducciones personales están vinculadas con el sustento del trabajador antes de pagar el impuesto a las Ganancias. Los precios van por el ascensor, los salarios se quedan y el mínimo no imponible permanece fijo por un año.
—¿Qué habría que hacer para que sea un remedio eficaz y no un simple analgésico, como usted dice?
—Tener un índice de actualización automático, diferente del actual, que es el Ripte. Plantear un índice de actualización salarial para el mínimo no imponible es un camino equivocado...
—...El secretario de Política Tributaria, Roberto Arias, dijo justamente lo contrario: que el Ripte es el índice adecuado porque Ganancias es un impuesto que afecta precisamente a los salarios.
—El concepto de mínimo no imponible tiene que ver con subsistencia: si aumenta el supermercado, debería aumentar el mínimo no imponible. Lo que dice el funcionario es desconocer el concepto de mínimo no imponible, que es, de lo que gana un trabajador, cuánto necesita para destinarlo a su mantenimiento. Por eso, por ejemplo, el impuesto distingue entre solteros y casados.
—¿Hay una discriminación a los Autónomos? Arias dijo que, por ejemplo, un profesional autónomo que factura 150.000 pesos no es autónomo sino monotributista y, por lo tanto, está exento de Ganancias.
—El problema es que que a igual capacidad económica pagan distinto impuesto. Es necesaria la equiparación. Además, hay una situación que es que los autónomos, a diferencia de los asalariados, no cobran aguinaldo, vacaciones ni indemnización por despido. No hay, a mi criterio, un motivo que valide su exclusión: el autónomo inscripto en Ganancias paga mucho más a igual capacidad económica que el asalariado, y esto debería equipararse.
—¿Qué pasa con los que ganan 150.001 pesos?
—Este proyecto no beneficia a todos sino a los que ganan hasta 124.500 de bolsillo (150.000 brutos). El proyecto faculta al Poder Ejecutivo a tomar medidas para evitar saltos bruscos entre esos 124.500 y los 145.700 (173.000 brutos). Por eso, el que gana más de 145.700 pesos de bolsillo no tiene ningún beneficio. Normalmente el que ya cobra alrededor de en 145.700 de bolsillo paga cerca del 27% de Ganancias. Entonces, esto beneficia a algunos, con una metodología sui generis. Además, en estos 124.500 no se distingue entre solteros y casados. Estamos perdiendo la oportunidad de un debate más amplio para que Ganancias mida adecuadamente. En lugar de topear en 150.000 brutos diciendo “no paga nadie”. Mucho más equitativo hubiera sido aumentar el mínimo no imponible y aumentar las escalas, que hoy son escalones muy cortos.
Por la Corresponsalía de Buenos Aires