Luego de un largo periodo de desesperación en el que no sabían si volverían a ver a sus hijos, los padres de los 12 niños rescatados de una cueva en Tailandia finalmente pudieron saludarlos en el hospital de la ciudad de Chiang Rai donde permanecen internados.
Debido al extenso lapso de tiempo en el que estuvieron aislados en las profundidades de la caverna, los 12 chicos y el entrenador se tuvieron que conformar con ver a sus familiares mediante un vidrio de la sala.
"Quiero agradecer a aquellos que rescataron a mi hijo. Y lo ayudaron a tener una nueva vida, es como un renacimiento", dijo Tanawat Viboonrungruang, el padre de Titun, de 11 años, en declaraciones a la CNN. Conmovido por observar a su pequeño, agregó: "Me puse a llorar, todos comenzaron a llorar",
"Todos están en buenas condiciones físicas, sin fiebre o infecciones graves. Sólo tres de ellos tienen infecciones pulmonares menores", explicó Thongchai Lertvilairattanapong, funcionario local de salud.
Tras el primer contacto visual, los médicos anunciaron que los papás y mamás de ocho de los 13 liberados podrán acceder a la sala donde se encuentran, aunque deberán mantenerse a una istancia de dos metros, con guantes y ropa especial.
Ya pasó lo peor, y ahora comienza un largo periodo de recuperación física y mental.